Al grito de “Son niños, no rehenes”, decenas de manifestantes se dieron cita a las afueras de la Embajada de Estados Unidos para protestar contra el decreto firmado por Donald Trump, en el que migrantes ilegales eran detenidos y separados de sus hijos, quienes eran enviados a centros de detención de Aduanas y Protección Fronteriza, en los que permanecían en estructuras que sólo pueden describirse como jaulas.
(Foto: Vianey D. Olivares)
Aunque un día antes (y debido a la presión internacional) el mandatario estadounidense firmó un decreto que anula la separación de las familias, los manifestantes mantuvieron su decisión de asistir a la concentración en Paseo de la Reforma, pues el nuevo decreto es aplicable a quienes sean detenidos a partir de ahora, pero no contempla a los niños ni a las familias que actualmente se encuentran separadas y detenidas.
(Foto: Vianey D. Olivares)
La lucha de los niños
Aunque a la marcha acudieron personas de todas las edades e incluso de diversas nacionalidades, los niños fueron los asistentes clave.
Armados con carteles, colores y sus voces, no eran pocos los niños que de las manos de sus padres, pedían la libertad de quienes son como ellos y en este momento se encuentran lejos de sus familias y en condiciones infrahumanas.
(Foto: Vianey D. Olivares)
La nena estaba triste
Mateo, uno de los pequeños que asistió a protestar contra las medidas de Trump. Vio la famosa fotografía de la pequeña hondureña que llora mientras ve a la policía fronteriza registraba a su madre. “La nena estaba triste, no dejaban que fuera con su mamá”. Mateo tiene cinco años, y aunque su mamá evita que vea las noticias, en esta ocasión le pareció importante que viera la imagen: “Hoy más que nunca, debemos generar empatía en los niños, enseñarles a pelear por quienes son menos afortunados que ellos”.
(Foto: Vianey D. Olivares)
Ataques a Trump
Aunque en su mayoría, los protestantes se enfocaron en gritar y escribir consignas a favor de los niños y contra el decreto del presidente, inevitablemente se hicieron presentes las muestras de repudio hacia Donald Trump, quien desde antes de su llegada al poder, comenzó una campaña que incitaba al odio y la discriminación.
Con globos en forma de cerdo, sudaderas con insultos y grafitis en el piso, manifestantes demostraron su descontento hacia el presidente estadounidense.
(Foto: Vianey D. Olivares)
Aunque pareciera que lo peor ya ha acabado, es vital recordar que aún hay muchas familias separadas y niños durmiendo en jaulas. No es suficiente no volver a separar familias, es urgente reunir a las que en este momento no se encuentran juntas. Falta ver qué hará el presidente Trump al respecto, pues hasta ahora es un punto que no ha abordado.
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