Venecia ha implementado un “impuesto turístico” para intentar detener la sobrepoblación en los fines de semana más concurridos. El pasado noviembre, las autoridades de la ciudad presentaron un programa piloto para su polémico plan con el objetivo de cobrar a los visitantes de un día por visitar la ciudad.
A partir del 25 de abril, el programa piloto finalmente ha entrado en vigor por lo que se han colocado carteles que informan a los visitantes que llegan sobre la nueva tarifa de 5 euros para una fase de prueba de 29 días hasta julio, fuera de la estación de tren principal y otros puntos de llegada.
Venecia cobra a los turistas
Al menos 100 personas han sido capacitados para ayudar a cualquier turista que no esté al tanto de la tarifa a través del proceso de descargar un código QR. También se ha instalado un módulo de información para aquellos que no tengan un smartphone.
Una vez pasados los puertos de entrada designados, los funcionarios realizarán controles aleatorios de los códigos QR que muestren que se ha pagado el impuesto de excursiones de un día o que el portador está exento.
Los transgresores se enfrentan a multas de entre 50 y 300 euros. El requisito se aplica sólo a las personas que llegan entre las 8:30 AM y las 4 PM. Fuera de esas horas, el acceso es gratuito. Los turistas pueden reservar boletos y obtener su código QR a través de la plataforma de pago en línea, que se puso en funcionamiento el 16 de enero.
La tarifa de entrada tiene como objetivo reducir las multitudes, fomentar visitas más largas y mejorar la calidad de vida de los residentes.
El lanzamiento del impuesto turístico se produce después de que Venecia escapara por poco de ser incluida en la lista de peligro de la UNESCO el año pasado debido al daño causado por el turismo excesivo en su delicado ecosistema.
Los estados miembros citaron la propuesta de la nueva tarifa de entrada al decidir excluir a Venecia de la lista. La tarifa no es un intento de generar ingresos adicionales sino un experimento para regular el flujo turístico en uno de los lugares más visitados del mundo.
El objetivo del cargo es incentivar a los visitantes a evitar los períodos de alta afluencia y venir en otros días. La ciudad se ve afectada cuando el número de excursionistas de un día alcanza los 50 mil en horas pico. Sus estrechos callejones están abarrotados de gente y los taxis acuáticos llenos, lo que dificulta que los residentes realicen sus actividades.