En una decisión histórica, los promotores del polémico proyecto de ley sobre agentes extranjeros, denunciado por la oposición en Georgia como un instrumento represivo y que provocó protestas masivas, retiraron este jueves “sin condiciones” su iniciativa legislativa, ya aprobada en primera lectura por el Parlamento de ese país.
”Ante todo debemos cuidar la paz, la tranquilidad y el desarrollo económico de Georgia, el avance de Georgia en la senda de la integración europea. Por ello, como fuerzas responsables hemos decidido retirar sin condiciones el proyecto de ley”, anunciaron en una declaración conjunta el movimiento Fuerza del Pueblo y el partido gobernante Sueño Georgiano.
- Actualmente, Georgia está dividida entre una parte de la población que busca la integración a la Unión Europea y otra que es afín a Rusia.
- Varios expertos internacionales consideran que, después de Ucrania, Georgia podría ser un nuevo frente de batalla abierto por Estados Unidos para debilitar a Rusia.
El proyecto de ley, retirado hoy en Georgia por sus promotores después de las masivas protestas en su contra de los últimos días, es considerado por sus detractores como una réplica de la ley aprobada hace una década por Rusia, que permite al Estado reprimir y prohibir las opiniones críticas de la oposición, ONGs, medios de comunicación y activistas de derechos humanos.
¿Una derrota para Vladimir Putin en Georgia?
Los dos partidos políticos que apoyaban la moción señalaron que la “máquina de la mentira” confundió a parte de la sociedad, ya que al proyecto de ley le atribuyeron la “falsa etiqueta de ser ruso”, y su aprobación en primera lectura fue interpretada como una renuncia a la integración del país hacia Europa. “Además, la fuerzas radicales consiguieron involucrar en acciones ilegales a parte de la juventud, a la que nuestros policías héroes respondieron según los más altos estándares”.
Fuerza del Pueblo y Sueño Georgiano destacaron que el país continuará su política de integración en Europa y anunciaron que iniciarán una campaña para explicar la verdad a la opinión publica. Según el Ministerio del Interior de Georgia, más de 130 personas fueron detenidas en Tiflis en las protestas y enfrentamiento de los dos últimos días, en los que al menos 60 policías resultaron heridos. Los últimos choques se produjeron esta madrugada, cuando efectivos antidisturbios despejaron de barricadas la avenida Rustaveli, la principal de la capital, donde los manifestantes quemaron dos automóviles, uno de ellos de la policía.
¿Qué pasa entre Georgia y Rusia?
El proyecto de ley en Georgia sobre agentes extranjeros y las manifestaciones ciudadanas han puesto de manifiesto el fuerte deseo de la población por acercarse a la Unión Europea, con todos los requisitos democráticos que eso supone, pero también lo condicionada que esta la política del país por su cercanía a Rusia, un país con el que no mantiene relaciones desde 2008.
Rusia ha dicho, a través del portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, que ellos no tienen nada que ver en lo ocurrido. Además de querer acercarse a la Unión Europea, la población georgiana es contraria a cualquier influencia del Kremlin, con el que Georgia ha librado conflictos armados en Abjasia y Osetia del Sur.
- El 3 de marzo de 2022, a raíz de la invasión rusa de Ucrania, Georgia solicitó formalmente su ingreso en la Unión Europea.
- Una semana después la UE acordó iniciar el proceso para que tanto Georgia como Ucrania y Moldavia se puedan convertir, en un futuro, en miembros de la Unión Europea.
En los últimos días, la Unión Europea advirtió a Georgia de “graves consecuencias” si seguía adelante con la ley ahora retirada. Esa norma es “incompatible” con los valores y normas de la UE y va “en contra del objetivo del país de unirse al club comunitario”, aseguró el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell.
¿En qué consiste el conflicto de Osetia del Sur y Abjasia?
Osetia del Sur y Abjasia están situadas en el norte de Georgia en la frontera con Rusia. Tras la desintegración de la Unión Soviética, y la declaración de Georgia como república independiente, ambas regiones rechazaron integrarse en ella y proclamaron su autonomía que no fue aceptada por Georgia.
La creciente tensión trajo grandes conflictos armados: el de Osetia del Sur se desarrolló entre 1990 y 1991 y se saldó con 2 000 muertos y el de Abjasia, entre 1992 y 1993, costó más de 10 000 vidas y el éxodo de 300 000 georgianos que vivían en la región. Tanto en uno como en el otro caso, en su lucha contra las fuerzas georgianas los separatistas contaron con el apoyo de Rusia.
En 1992, un acuerdo entre el líder georgiano, Eduard Shevardnadze, y el presidente ruso, Borís Yeltsin, puso fin a las hostilidades en Osetia del Sur y sancionó la creación de una fuerza de paz. En el caso de Abjasia, el acuerdo de paz se firmó en mayo de 1994. En la práctica, tanto Osetia del Sur como Abjasia se mantuvieron independientes y fueron construyendo las estructuras de un estado, ejército incluido, con el respaldo, más o menos implícito, de Rusia.
Al llegar en 2004 al poder en Georgia, Mijaíl Saakashvili se marcó como objetivo recuperar la soberanía sobre los territorios separatistas y promover el ingreso de su país en la OTAN. Coincidiendo con su reelección en 2008, convocó un referéndum sobre la adhesión del país a la organización militar, en el que el 72.5% de los votantes se pronunciaron a favor.
En la noche del 7 al 8 de agosto de 2008 tropas georgianas atacaron Tsjinval, capital de Osetia del Sur, y otras localidades. Sin embargo, la intervención de fuerzas militares rusas en apoyo de las milicias surosetas obligó a retirarse a los georgianos, en un conflicto que se prolongó durante cinco días y que causó más de 600 muertos.
Dos semanas después, Rusia reconoció la independencia de Osetia del Sur y Abjasia, rechazada por Estados Unidos y la Unión Europea y solo secundada por Venezuela, Nauru, Siria y Nicaragua.
Desde entonces, los dos territorios han funcionado en la práctica como estados independientes y han solicitado integrarse en la Federación Rusa, petición no aceptada por el Kremlin, que ha facilitado obtener la ciudadanía rusa a sus habitantes. En 2008, como consecuencia de esta guerra, Rusia y Georgia rompieron sus relaciones. Mientras tanto, Georgia continúa reivindicando su soberanía sobre ellos y la comunidad internacional sigue sin reconocerlos como territorios rusos.