En el miedo a la muerte la muerte no vale la pena. Los afligidos no interesan, ni los tullidos por amor, ni el portentoso ingenio de un verano. Importa la luz recibida en forma de entrañas para verse. La sensación del cuerpo que termina no vive en rincón cerrado, crea su doble en estaciones impalpables y las alícuotas de pena sin notario. Una calandria ordena el fracaso de un fósforo apagado.
Abandonó la carrera de Química para dedicarse por completo al destino de las letras, Juan Gelman (1930-2014), poeta argentino, hijo de inmigrantes rusos, se inició en la poesía desde muy pequeño orientado por su hermano Boris, de quien se dice: fue un lector compulsivo.
Abandonó Argentina en 1976 durante la dictadura militar y vivió su exilio en México, donde decidió fijar la residencia en forma definitiva después de vivir en algunos países europeos.
Considerado por muchos como uno de los más grandes poetas contemporáneos, su obra se encausó siempre en una ambiciosa búsqueda de un lenguaje con la apertura hacia diferentes recursos poéticos, además de la singularidad de un estilo para ver el mundo después de sufrir la represión militar.
La conjugación de su aventura verbal nunca descartó el compromiso social y político como una forma de templar la poesía con las grandes cuestiones de nuestro tiempo.
En 2012, cuando recibió la Medalla de Oro Bellas Artes gracias a su trabajo poético, el escritor y académico Hugo Gutiérrez Vega definió la poética de Gelman como reflexiva y lúdica, “porque del repertorio campesino y de época arcaica obtuvo sus palabras, y cuando no encuentra las adecuadas, asegura que las inventa”.
Gelman creó sus propias reglas gramaticales y las dotó de la versatilidad necesaria para que fueran adjetivos, sustantivos o verbos, es decir: criaturas colmadas de una libertad tan amplia que rebasa todas las limitaciones y establece sus propias y, por supuesto, efímeras convenciones.
El poeta argentino-mexicano Juan Gelman falleció en enero de 2014 a los 83 años. En 1997 ganó el Premio Nacional de Poesía en Argentina; el premio Juan Rulfo en el año 2000; en 2004 el Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde; en 2005 los premios Iberoamericano Pablo Neruda y Reina Sofía de Poesía. En 2007, Juan Gelman ganó el Premio Cervantes y hoy lo recordamos con uno de sus poemas.
“El juego en que andamos”
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
este amor con que odio,
esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores,
que me juego la muerte.