El 19 de mayo de 1974 es una fecha destacada en el ámbito de los juegos y rompecabezas. Fue en este día que el arquitecto y escultor húngaro Ernö Rubik daba vida a su emblemático “Cubo Mágico”, hoy mundialmente conocido como el Cubo Rubik. Diseñado inicialmente como un recurso didáctico para enseñar geometría tridimensional en sus clases, el Cubo Rubik ha cautivado a generaciones durante casi medio siglo.
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Cada uno de los seis lados del cubo, compuesto por nueve cuadrados de colores distintos, es un desafío por sí solo. Aunque su propósito es simple en teoría, lograr que cada cara muestre un solo color ha desconcertado a millones de personas. El Cubo Rubik puede reconfigurarse en más de 43 trillones (no es un error, así como lo lees: trillones) de formas distintas, testimonio de su sofisticada mecánica y diseño.

El impacto del cubo Rubik en el mundo
Tras su invención en 1974, el cubo fue registrado como “Cubo Mágico” en la oficina de patentes de Hungría en 1975. La producción en masa comenzó pronto, con la empresa juguetera Politechnika a la cabeza. Aunque los primeros cubos de Rubik comenzaron a aparecer en las tiendas de juguetes de Budapest en 1977, no fue hasta 1980 cuando la Ideal Toy Corporation adquirió los derechos para exportarlo desde Hungría. Ese año, el “Cubo Mágico” adoptó su nombre definitivo y se consolidó en la psique colectiva como el Cubo de Rubik.
La magnitud de su impacto y reconocimiento global superaron todas las expectativas de Rubik. Desde su presentación en la Feria del Juguete de Nuremberg en 1979 hasta su licencia con la Ideal Toy Company en 1980, el cubo Rubik ha recibido aclamaciones y reconocimientos a nivel internacional y sigue cautivando a los curiosos.
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A pesar del elevado número de combinaciones posibles, resolver el cubo Rubik no es una hazaña inalcanzable. Algunos entusiastas y expertos han logrado dominar el cubo en poco más de 10 segundos aplicando algoritmos específicos, como el “Algoritmo de Dios” de Tomas Rokicki o el “Método Fridrich” de Jessica Fridrich, que logró resolver el cubo en solo 10.56 segundos.
Se estima que más de 350 millones de cubos Rubik se han vendido en todo el mundo desde su invención, incluyendo imitaciones de menor calidad. Con el tiempo, han surgido versiones más grandes y complejas, de hasta 7x7x7 cubos, y se ha demostrado que es posible diseñar versiones de hasta 11x11x11 piezas. En versiones más grandes incluso se transforma la forma cúbica tradicional en una esfera, elevando la complejidad y el desafío.
El cubo Rubik y el arte
Además, los cubos Rubik han influido en el mundo del arte. A través de una corriente artística conocida como “Cubismo de Rubik” o “Rubikcubism”, artistas utilizan cubos de Rubik como pixels en una pintura puntillista, generando imágenes impresionantes y llenas de color. Entre los pioneros de esta tendencia se encuentra Fred Holly, un jubilado que a mediados de los años 80 empezó a hacer pequeños diseños artísticos con el cubo de Rubik. A pesar de sus serias dificultades físicas y visuales, Holly logró utilizar este instrumento como medio de expresión y como una terapia para sobrellevar su estado de salud.
En contraposición a la serenidad de Holly, el artista callejero francés Space Invader llevó el cubo de Rubik al arte callejero, “invadiendo” las ciudades con sus mosaicos inspirados en los videojuegos arcade. Sus obras, que mantienen una estética pixelada, reflejan la dualidad del cubo: un objeto simple y a la vez complejo, lleno de simbología retro y capaz de ser un medio de expresión artística.

Cube Works Studio y su director creativo, Josh Chalom, han llevado el Cubismo de Rubik a un nivel superior, creando enormes mosaicos inspirados en el Pop-Art y en iconos culturales. Sus obras, como el mosaico más grande del mundo hecho con cubos de Rubik, demuestran el poder del cubo como instrumento artístico, capaz de unir, inspirar y evocar un sentido de nostalgia.
Aunque ya han transcurrido más de 49 años desde la creación del Cubo Rubik, este rompecabezas tridimensional sigue siendo una parte integral de nuestra cultura lúdica, desafiando nuestra capacidad para resolver problemas y esperando pacientemente ser conquistado una vez más.
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