Guerras civiles; conflictos sociales, políticos o económicos; discriminación, persecución, pobreza extrema; violencia normalizada y generalizada; condiciones de vida infrahumanas: todos ellas razones para salir de un país con la esperanza a cuestas, buscar nuevas oportunidades en todos los aspectos humanos posibles e iniciar una nueva vida.
Desgraciadamente, la crisis migratoria que marcó el inicio del siglo XXI no es una escena de película para millennials. No es tan sencillo como tomar un par de maletas y dejar la profesión y la familia para ser un trotamundos amazónico. Los migrantes de hoy están obligados: una fuerza (del tipo que sea) los expulsa de sus hogares y los obliga a sortear trayectos llenos de peligro y humillación.
La Gaceta Digital de la Universidad Nacional Autónoma de México advierte que el siglo inició con un crecimiento exponencial de las cifras migratorias: en el 2000 vivían alrededor de 175 millones de migrantes en el mundo y actualmente esa cifra repuntó a 280 millones.
Esa cifra incluye a 60 millones de refugiados, solicitantes de asilo o desplazados. En épocas de muros de Trump, el futuro no pinta bien para los caminantes obligados.
Para el medio digital, Martín íñiguez Ramos, experto de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, la cifra equivale a un cuatro por ciento de la población y un 50 por ciento del total son mujeres. Las causas principales que él plantea son “la degradación medioambiental, deterioro de las condiciones socioeconómicas, conflictos armados e incremento de la trata de personas”.
En el caso de los refugiados, la mitad de ellos son niños, fenómeno que se explica por la oleada de menores que salen de naciones en conflicto como las de Medio Oriente, asechados por los conflictos entre los rebeldes, fuerzas gubernamentales, grupos religiosos y agrupaciones terroristas como el Estado Islámico.
Por su parte, las naciones más desarrolladas, que generalmente son las que reciben esa población, están tomando medidas para modificar sus políticas migratorias y la apertura que tienen. Ramos considera que, “frente a las crisis económicas”, estas naciones empiezan a “cerrarse a los flujos migratorios y regresan a políticas nativistas y locales” y eso obliga a que los solicitantes de asilo lleguen a sus destinos anhelados a través de rutas cada vez más peligrosas.
Esto se refiere, específicamente a los migrantes que cruzan el territorio mexicano en busca de mejores oportunidades laborales y una calidad de vida superior en Estados Unidos. Se enfrentan a todo tipo de peligros e incluso las autoridades migratorias se han visto involucradas en actos de corrupción, amenazas, abuso de poder y extorsiones.
Refiriéndonos específicamente al tema del muro fronterizo, para cuya construcción el presidente Trump acaba de firmar, el académico considera que la postura de los mexicanos no es del todo acertada: “si queremos exigir al Norte, tenemos que respetar a la gente que cruza México para llegar a Estados Unidos”.
Nos quejamos de Trump y sus barreras geográficas pero no volteamos a ver al patio trasero, donde el Plan Frontera Sur se ha encargado de violar los derechos fundamentales de los migrantes centroamericanos que entran al territorio.
A ellos “los criminalizamos, las mujeres son violadas o víctimas de trata, los niños sometidos al tráfico de órganos y a la prostitución infantil, los hombres sujetos al crimen organizado o a una hiperexplotación en las zonas laborales”, dice el experto.
Al respecto, el exsecretario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, aseguró durante la reunión de alto nivel sobre la responsabilidad mundial compartida de los refugiados sirios que cuando se aborda apropiadamente, aceptar refugiados es un beneficio para todos ya que se “entregan a la educación, al progreso y a ser autónomos”.
En todo caso, Ki-moon expuso que todos los intentos de “demonizarlos” no sólo son ofensivos, sino que son incorrectos.
*
Podría interesarte:
Miles de niños refugiados duermen a la intemperie en temperaturas bajo cero.
Una inmigrante latina recibe el consejo de un político estadounidense: “Vete de aquí” (Video).
Estas son las atrocidades de las que son víctimas los migrantes que buscan refugio en Europa.