Cada uno de los muros que se descubren con el paso de los días en el Centro Histórico de la Ciudad de México tiene una historia que contar. Los trabajadores que pueden admirar el descubrimiento de vestigios que hablan sobre la vida de nuestros antepasados deben sentirse afortunados por ser parte de un acontecimiento de esta índole.
Recientemente, detrás de una vecindad ubicada en el número 40 de República de Perú, fueron encontrados espacios que parecen corresponder al barrio del centro de Colhuacatonco, lugar en donde se libró una férrea batalla en contra de los soldados de Hernán Cortés, que reflejan los primeros momentos de la Conquista hace más de 500 años.
Ahora, esas voces que cuentan la historia de la resistencia mexica podrían ser silenciadas bajo un predio en donde el Instituto de Vivienda del Distrito Federal (INVI) planea la construcción de un conjunto habitacional de interés social.
*Foto: El Universal.
La cantidad de vestigios encontrados en este predio es impresionante, tanto que podrían permitir a los arqueólogos descifrar qué pasó con los nobles mexicas que sobrevivieron a la Conquista y cómo fue que se adaptaron a la nueva traza urbana.
Es tan importante este hallazgo que tanto el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) como el INVI, revisan el proyecto de edificación de la zona habitacional, ya que el descubrimiento obligaría a la constructora a modificar el diseño de su conjunto de viviendas, dejando a la vista los vestigios encontrados por los arqueólogos.
“Ambas partes están en pláticas sobre si quedarán o no a la vista”, declaró al diario El Universal, María de la Luz Escobedo Gómez, quien es parte de este salvamento arqueológico. “Estamos en comunicación con el INVI y con los enlaces de los que van a vivir aquí para plantear la posibilidad de que el público pueda conocerlos, pero también para que la gente que va a vivir aquí no se vea afectada”.
*Foto: INAH.
En estas estructuras arquitectónicas encontradas por el INAH, se hallaron también restos humanos (cuatro niños y tres adultos) y materiales que indican que se trató de una residencia de nobles mexicas.
Quizá otro de los hallazgos más representativos fue una tina de baño en perfecto estado. “Ni en Templo Mayor, creo, tienen una tina de estas características”, afirmó Escobedo, quien añadió que en la tina encontraron la escultura de una mujer cargando a un niño. “Es muy simbólico porque pudieron haberla rellenado únicamente con tierra y piedras, pero alguien colocó esto ahí cuidadosamente”.
Utensilios de cerámica, esculturas, restos de drenajes y vestigios de la época porfiriana también se encontraron detrás de este predio en la calle República de Perú. El destino de estas piezas sigue sin definirse todavía. Tanto el INAH como el INVI deberán ponerse de acuerdo para saber si el descubrimiento queda a la vista del público con un cambio de diseño en la construcción o si, como tantos episodios de nuestra historia, queda sepultado bajo la tierra.
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