No viven libres de violencia. Ni física ni psicológica. Un programa que se supone les garantizaría una niñez sin abusos, sin preocupaciones económicas y de salud, les dio todo lo contrario. Casas y comedores de Oaxaca, capacitados supuestamente para brindar seguridad a 559 niños y niñas indígenas, no cumplieron su objetivo.
Pareciera que el Programa de Apoyo a la Educación Indígena en Oaxaca dictaba limitar el desarrollo integral de su niñez, de su integridad y de su seguridad personal, pues un estudio realizado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), reveló que los derechos de estos niños fueron severamente violados.
Violencia física y psicológica, las más graves acciones que el propio gobernador del estado, Alejandro Murat, aceptó al reconocer que en este programa tienen siete años de rezago, el cual no sólo involucra a los niños indígenas, sino también a la población infantil oaxaqueña que padece alta desnutrición.
Crisis social en México. (Foto: teleSUR)
Malos tratos, abusos, desnutrición, instalaciones deterioradas, atención médica deficiente. Todo esto tienen 9 de las 41 casas y comedores del programa lanzado por el gobierno de Oaxaca, el cual, en voz de Alejandro Murat, aceptó las violaciones a los derechos humanos de estos 559 pequeños indígenas.
Murat aprovechó para destacar que ese rezago de 7 años se debía a la mala administración del exgobernador Gabino Cué. Indicó además que será con los recursos aprobados por la Cámara de Diputados que se cubran las carencias en las casas y comedores para los niños indígenas en Oaxaca.
Familia y estado deben proteger derechos de niños y adolescentes. (Foto: Proceso)
Pero parece que el problema no es únicamente con la niñez indígena oaxaqueña pues en general, la población infantil presenta aumento en sus niveles de desnutrición según una denuncia del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
Paradójicamente, Ivette Morán de Murat acusó que durante el periodo de gobierno de Gabino Cué, el número de niños con desnutrición aumentó considerablemente. Visiblemente, lo que se tendría que prever es la integridad de la niñez oaxaqueña, sin embargo, pareciera que lo que se busca es echarse la culpa unos a otros en lugar de buscar una rápida solución al problema.
Por lo pronto, Murat acatará la recomendación dada por la CNDH en la evaluación de la violencia registrada en contra de los niños indígenas en Oaxaca, quienes deben vivir con las garantías de respeto a su integridad, a su seguridad personal, a una vida libre de violencia y a un nivel óptimo para su desarrollo físico, mental y social.
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