Las 12 mil toneladas diarias de basura que genera la Ciudad de México representan el 20 % del total del país, lo que significa que cada capitalino produce 1.4 kilos de desechos por día.
La Ciudad de México huele a basura. Los camiones que transportan las miles de toneladas que generan a diario los capitalinos tienen entre 10 y 40 años de antigüedad. Y las personas que trabajan para el sistema de recolección de basura no cuentan con la infraestructura ni con el equipo para realizar su trabajo.
La capital mexicana contaba hasta 2011 con un relleno sanitario al que llegaba toda la basura generada por sus habitantes, donde se separaba lo que podía reutilizarse y el resto se comprimía para permanecer allí, hasta que el espacio ya no dio más.
En marzo del año en curso, Eruviel Ávila Villegas, gobernador del Estado de México cerró cuatro de los tiraderos donde más de 8 mil toneladas de residuos sólidos provenientes de la CDMX eran depositados; Miguel Ángel Mancera dijo que la decisión no afectaría a los habitantes de la Ciudad.
El mandatario se equivocó. El día de hoy, la CDMX se enfrenta a un grave problema debido a la contaminación y a los daños que la falta de espacio para tirar la basura provoca a los habitantes de la entidad y a los trabajadores que realizan esta labor.
Cada día los capitalinos generan un promedio de 12 mil toneladas de desechos que al ser llevados a su destino final, ahora en Morelos, van dejando una estela tóxica y de olores putrefactos en el aire.
El camino es largo y pesado, por lo que los recolectores empezaron a separar los residuos dentro de la ciudad en el espacio público, dejando a su paso basura, flujo de lixiviados y humo de los camiones.
La problemática llegó a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de la Ciudad de México debido a las quejas de los vecinos de las delegaciones Venustiano Carranza, Gustavo A. Madero y Cuauhtémoc.
Tras las investigaciones realizadas por la Comisión se encontró que de las 16 delegaciones, 15 admitieron tiraderos no autorizados.
El escenario constituye una diaria violación al derecho de los capitalinos a vivir en un medio ambiente sano, tener un nivel de vida adecuado y al trabajo digno (por las condiciones en las que laboran las personas que recogen basura).
Gracias a las investigaciones de la CNDH, por primera vez en México, los derechos de los trabajadores de la basura se han vuelto un foco de atención. Este grupo de personas, considerados normalmente como indigentes, dependen del mínimo salario que les paga el Gobierno capitalino, el cual varía entre 2 mil y 4 mil pesos en el caso de los trabajadores formales. Sin embargo, los que tienen menos suerte, conocidos como voluntarios, viven sólo de los residuos y donaciones de la ciudadanía.
Cada camión lleva colgando una lata para que los vecinos depositen propinas por llevarse su basura, pero lo que recolectan difícilmente supera los 30 ó 40 pesos por día.Esto los coloca como el grupo más vulnerable. Sin ropa adecuada para desempeñar sus funciones: botas, guantes, fajas, impermeables, casco, lentes, casaca, chamarra o cubre bocas, los recogedores de basura llevan una vida en medio de los desechos sin protección, salario fijo o seguro médico.No obstante, los gobiernos delegacionales les imponen horarios y rutas de trabajo fijas sin reconocerlos como trabajadores formales de limpia.
En un intento por solucionar el problema, desde 2012, la Secretaría de Medio Ambiente lleva a cabo un programa conocido como el Mercado del Trueque.
La iniciativa consiste en invitar a la población a que lleve sus desechos reciclables limpios y compactados a un centro de recolección, en el que a cambio les dan verduras y frutas mediante un sistema de puntos.
El programa atrae cada mes a más de 2 mil 500 ciudadanos, sin embargo, se antoja difícil que este tipo de programas den solución al problema de la basura.El 43 % de los desechos generados en la ciudad son orgánicos, son los que provocan la contaminación y no son reutilizables. Además, contaminan al resto de los materiales cuando no existe un buen sistema de separación de basura.
Las 12 mil toneladas diarias de basura que genera la Ciudad de México representan el 20 % del total del país, según el Instituto de Estadística. Esto significa que cada capitalino produce 1.4 kilos de desechos por día.
Del total de residuos sólidos que desecha la ciudad, 86 % es acopiada y trasladada al relleno sanitario. El resto se arroja en barrancas y terrenos baldíos.
Aunado a esto, sólo uno de cada 20 capitalinos separa su basura. Por lo tanto si se quiere resolver el problema, se debe empezar por educar a la ciudadanía, quienes de momento lo único que hacen es quejarse de una problemática en la cual, el principal problema son ellos.
*Con información de: El País y El Financiero