El pasado viernes 14 de marzo comenzó el programa Un Metro de Lectura desarrollado en varias de las estaciones del Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC), y que tiene como objetivo poner al alcance de los usuarios un millón de ejemplares de la obra de importantes escritores para de este modo fomentar el gusto por la lectura e iniciar a los capitalinos en el hábito de leer.
En su primera fase, llevada a cabo en días pasados, se entregaron un total de 200 mil ejemplares de El ciempiés y la araña, del escritor argentino Juan Gelman, entre cinco estaciones del STC. La iniciativa se extenderá el próximo 20 y 27 de marzo, así como el 3,10, 24 y 29 de abril con la inclusión de la obra de otros autores como Alfonsina Storni, Rafael Alberti, José Emilio Pacheco y César Vallejo con ánimo de invitar a los usuarios a conocer el trabajo de estas personalidades a través de la lectura. La entrega de libros se acompañará de actividades que secunden el esfuerzo y alimenten el gusto por leer, proyecciones en las pantallas del Metro y lecturas en voz alta que podrán ser escuchadas a través del sistema de audio.
La Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, a través de su programa de Apoyo Editorial, señaló que en total de cada título se repartirán 200 mil ejemplares en cinco estaciones durante ocho semanas, a fin de que en 10 meses se distribuya un millón de lecturas en 25 estaciones distintas.
El ciempiés y la araña se repartió en las estaciones Bellas Artes, Guerrero, Santa Martha y Zapata. En ésta última el poeta Manuel Cuautle realizó la lectura de la obra de Gelman en el pasillo de la estación, y señaló la importancia de llevar a cabo este tipo de iniciativas que promuevan el acercamiento de los usuarios a los libros.
Resaltó el papel de Eduardo Vázquez al frente de la Secretaría de Cultura, y en general del Gobierno de la ciudad de México al lanzar este tipo de proyectos para aprender a leer, analizar y criticar otro tipo de materiales ajenos a la oferta de nota roja en el Metro.
Sobre la obra de Gelman, Cuautle afirmó que aunque las personas mueran, la obra queda y siempre está viva. Reconoció el legado del argentino como una voz sencilla, cercana y que da cuenta de la naturaleza del hombre.