El primer satélite en entrar en la órbita de un asteroide termina su “vida útil” con un gesto simbólico: aterrizó en el meteorito que estudió y terminó sus transmisiones para siempre.
Doce años después de despegar de la Tierra para estudiar el cometa conocido técnicamente como 67P, Rosetta, el primer satélite en incorporarse con éxito en su órbita, dejó de emitir comunicaciones.
Los científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) siguieron los últimos momentos de la vida del satélite en silencio. Al finalizar su vida útil, el instrumento espacial recibió una ovación de parte de todo el equipo que, desde 1993, planeó y coordinó el esfuerzo para estudiar cuerpos celestes hasta entonces desconocidos.
Fue calificado como “un éxito completo” por el directo de la ESA. Las imágenes y datos que el satélite Rosetta logró compilar serán de gran ayuda para que los expertos comprendan cómo se comportan estos cuerpos celestes.
El cometa, en su viaje hacia el sol, agotó al satélite por su cercanía con el astro mayor. Es imposible para la tecnología actual continuar emitiendo un señal. Philae, el otro aparato que logró posicionarse y emitir señal es un asteroide, además de registrar nuevos números sobre su comportamiento, también ha tenido esos problemas.
El “gran” descubrimiento de Rosetta han sido las partículas de oxígeno que pudo apreciar en la superficie del meteorito. Ese dato, que parecería una frivolidad, no podría haber sido detectado por los telescopios humanos.
Los ingenieros que participaron en el proyecto siguieron la transmisión desde Guadalajara, México, donde se llevó a cabo el Congreso Internacional de Aeronáutica. En Alemania, donde se coordinaban los esfuerzos para mantener la comunicación con Rosetta, los técnicos también estuvieron presentes para monitorear los últimos momentos del satélite.
El final, como suele suceder con este tipo de eventos espaciales, tuvo un componente simbólico: el satélite aterrizó en 67P, “un cuerpo de hielo y polvo”, como lo describieron los astrónomos con las imágenes que pudieron observar gracias a Rosetta. Una vez ubicado en el cuerpo celeste, el dispositivo emitió su última señal.
*Con información de: El País, Wired, Nytimes.com, Milenio, La Jornada.