Después de que la red social Twitter anunciará la introducción de nuevas reglas que prohíben la publicación de mensajes intimidatorios y racistas o contenido multimedia con símbolos e imágenes que podrían ser considerados despectivos o racistas, la red social con sede en San Francisco cerró las cuentas de grupos ultranacionalistas y supremacistas blancos, cumpliendo así con su promesa de prohibir todo aquello que considere ofensivo o que incite al odio.
Una de esas cuentas fue la del pequeño grupo de extrema derecha British First, quienes incentivan el odio hacia la comunidad musulmana en el Reino Unido y cualquier otro grupo inmigrante minoritario, pues en su contenido incitaban a la violencia verbal y física contra el Islam. Las cuentas de sus dos líderes: Jayda Frasen y Paul Golding, también fueron canceladas.
Las medidas de Twitter contra los mensajes de odio se implementaron después de que el presidente Donald Trump retuiteara los mensajes de Frasen, hecho que generó polémica en la comunidad tuitera y críticas por parte de la primer ministra británica, Theresa May.
Elogios
Hubo muchas agrupaciones a favor de los derechos civiles que felicitaron a Twitter por dichas acciones. El CEO de Anti-Defamation Leage, por ejemplo, felicitó a la red social por tomar acciones significativas contra el odio. Muslim Advocates, el grupo que denunció los mensajes de odio de British First, también aplaudió la medida, pues es una actualización importante para empezar a tomar medidas contra el creciente odio que se vive en redes sociales.
Twitter anunció que toma muchos factores en cuenta para tomar la decisión final de cerrar cuentas basándose en el contexto de las publicaciones, el mensaje político y cultural, y el nivel de violencia u odio que pudiera tener el contenido.
Lo mismo se hace con violencia gráfica y contenido para adultos a través de un indicador que anuncia la publicación como contenido sensible o con una advertencia para los usuarios que les exhorta sobre el contenido. También prohíbe deliberadamente amenazar, abusar o chantajear a otros usuarios por medio de mensajes violentos o racistas.
Sin embargo, no todas las cuentas de supremacistas fueron canceladas. David Duke, líder del movimiento de supremacía blanca en Estados Unidos perdió más de un centenar de seguidores en menos de 24 horas gracias al Twitter Purge, una especie de sanción de la red social contra cuentas indeseables, permitiendo a Duke mantener el mensaje en su cuenta de Está bien ser blanco como encabezado a pesar de estar marcado por la red social como material sensible.
í«La esencia de estas medidas es que brinden claridad sobre el contenido que manejan los usuarios y dar apertura a la inclusión general de la redí», dijo Emma Llaso, directora del proyecto de libre expresión del Centro para la Democracia y la Tecnología quien es miembro del Consejo de Seguridad y Confianza que asesora a Twitter.
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