Como una de sus últimas muestras de caridad y benevolencia durante su mandato presidencial, el pasado martes Barack Obama indultó a Chelsea Manning, la exsoldado y exanalista de inteligencia del ejército norteamericano, quien filtró información diplomática a Wikileaks en el 2010.
Ahora, una vez reducida su pena de 35 años, Manning —conocida como Bradley antes de su cirugía de cambio de sexo— publicó una columna en el diario The Guardian, por primera vez desde su indulto, en donde critica y cuestiona el legado de Obama. Al parecer, no considera que su presidencia haya sido tan fructífera ni honorable como la mayoría de los simpatizantes en EUA y en el resto del mundo rezan.
En esencia, advierte que a pesar de la fe que tuvo el exmandatario en el sistema norteamericano y su manera de tratar algunas cuestiones positivamente durante los últimos ocho años, en realidad han habido “muy pocos logros permanentes”.
Criticó la mano débil que tuvo para hacer frente a sus opositores y llevar a la práctica todo aquello que prometió durante el inicio de su presidencia y sugirió que lo que verdaderamente necesita el país es un líder que no tenga miedo de ser criticado, “ya que eso es inevitable”.
Enseguida, el presidente Donald Trump lanzó uno de sus ataques característicos a través de su cuenta personal en Twitter, que ha fungido como un campo de batalla o una trinchera, dependiendo de las circunstancias. Aseguró: “Malagradecida TRAIDORA Chelsea Manning, quien jamás debió ser liberada de prisión, ahora dice que Obama es un líder débil. ¡Terrible!”
No se sabe con certeza si el término “traidor” lo usa en referencia, exclusivamente, a emitir esos juicios en contra del hombre que la pondrá en libertad el próximo mayo en vez de en el 2045 o si también aprovechó para rechazar la filtración que hizo de 250 mil cables diplomáticos a la organización liderada por Julian Assange considerada como la mayor de la historia.
No suena descabellado, pues Trump ha advertido con anterioridad que lo mejor era que Manning permaneciera encerrada e incluso sugirió que se le aplicara la pena capital.
Manning no culpa absolutamente a Obama de no heredar un gobierno ejemplar, pues durante ocho años no importó lo balanceado que estuviera el Presidente, qué tan educado era o lo inteligente que fue: “Nunca nada fue lo suficientemente bueno para sus opositores. Era claro que él no podía ganar. Era claro que, no importaba lo que hiciera, en ojos de ellos él no podía ganar”.
A lo largo del texto de opinión, Manning, expone varios episodios del mandato de Obama en los que, a pesar de los esfuerzos o intenciones que tenía de ejecutar un plan de acción bien fundamentado, nunca pudo llegar a un punto medio con las personas que pensaban diferente.
Entre los documentos que filtró Manning se encontraban cables y documentos oficiales, diplomáticos y secretos, además de una serie de videos y fotografías pusieron en evidencia los crímenes de guerra cometidos que el ejército estadounidense practicó incesante e impunemente durante las invasiones que hizo a Irak y Afganistán.
A diferencia del excontratista de la Agencia de Seguridad Nacional, Julian Assange, la Casa Blanca rechazó la conmutación de pena. Los documentos que filtró evidenciaron la existencia de una red de espionaje mundial liderada por EUA. Actualmente, se encuentra refugiada en la embajada ecuatoriana en Londres.
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