Todos los relojes son (o deberían ser) del “fin del mundo”: Apuntan, irremediablemente, hacia la muerte, hacia el fin de los días de alguien. Pero hay un cronómetro que predice la llegada de la medianoche o el fin del mundo tal y como lo conocemos. Y de acuerdo a esa medición, Trump adelantó 30 segundos a la catástrofe para la que sólo falten 2 minutos y medio para el fin.
El Doomsday Clock Statement, del Boletín de la Junta de Seguridad y Ciencia de los Científicos Atómicos (dirigido a los líderes y ciudadanos del mundo) es un conteo hasta medianoche y que se ha convertido en un “árbitro reconocido” de la salud del planeta y de la seguridad global.
La decisión de la Junta de mover el reloj menos de un minuto completo, algo que no había pasado nunca antes, es el reflejo de una realidad: Donald Trump ha sido el presidente de Estados Unidos tan sólo durante algunos días y aunque “muchas de las nominaciones para su gabinete no han sido confirmados por el Senad o instalados en el gobierno”, habrá algunos cambios amenazantes.
Sin embargo, “las palabras importan” y Trump ha dicho mucho durante el año pasado (amenazas, principalmente) tanto sus declaraciones como sus acciones han roto con “los precedentes históricos de formas perturbadoras”.
Para empezar, ha demostrado ser propenso a rechazar directamente los consejos que ha recibido sobre la seguridad internacional, además de haber hecho comentarios que sugieren la expansión del armamento nuclear en el país. Asimismo, las nominaciones que ha hecho para su Departamento (secretaría) de Energía y la Agencia de Protección del Medio Ambiente no corresponden con los fundamentos de la ciencia climática.
En esencia, aunque apenas tomó posesión de la presidencia, sus “declaraciones” intempestivas, la falta de “apertura” para recibir consejos de expertos y sus “nominaciones cuestionables” para conformar el gabinete ya han logrado que la situación en seguridad internacional empeoren.
El año pasado, el boletín ya había advertido que los líderes alrededor del mundo estaban fallando en actuar con velocidad y en la “escala necesaria” para proteger a los ciudadanos de los peligros extremos que implica tanto el cambio climático como una posible guerra nuclear.
“A lo largo del año pasado, la necesidad de liderazgo se intensificó y las políticas arriesgadas amenazan y ponen peligro a todas las personas en toda la Tierra”.
Rachel Bronson, la directora ejecutiva de la publicación explica que cada año, desde hace 7 décadas, los encargados del reloj impulsan un debate global para determinar si el planeta es más seguro o más peligroso que el año antecesor y en momentos clave de la historia reciente. Otro de los propósitos es dar una solución a la “Caja de Pandora de la ciencia moderna” y reconocer la rapidez con la que los avances tecnológicos están sucediendo.
En la actualidad, toman en cuenta muchos factores que amagan con destruir el mundo absolutamente. Principalmente, las armas nucleares y las altas temperaturas cambiarán la vida en la Tierra, destruirán y desplazarán porciones significantes del mundo.
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