Escuchamos infinidad de veces que el permanecer sentados durante mucho tiempo no es bueno para la salud. La vida sedentaria no trae precisamente beneficios.Obesidad, sobrepeso, alta posibilidad de padecer enfermedades cardíacas, riesgo de padecer cáncer, problemas para dormir, son sólo algunas de las consecuencias de nuestro sedentarismo.Una de las consecuencias de las que poco se habla y que, a primera vista, puede parecer una broma pero no lo es, es el “Síndrome del trasero muerto”.
También es conocido bajo el nombre de “amnesia gluteal” y son los quiroprácticos los que usualmente lo diagnostican, según el médico Andrew Bang, quien ha visto esta lesión en diferentes grados.El “Síndrome del trasero muerto” se manifiesta cuando el glúteo medio, que es el encargado de estabilizar la pelvis, se atrofia. Eso ocurre cuando, al estar sentados en una silla (en la escuela o en el trabajo, por ejemplo) intentamos acomodarnos en repetidas ocasiones durante el día.Una de las formas que tienen los quiroprácticos para diagnosticar este síndrome es a través de un ejercicio simple. “Pongo a un paciente de pie frente a mí y le pido que levante una de sus piernas. Si la pelvis se hunde del lado del cuerpo en el que se levantó la pierna, eso indica debilidad en el medio glúteo del lado opuesto”, declaró Bang.
Pero no sólo las personas con vida sedentaria pueden padecer este síndrome. Pueden padecerlo las que no son muy activas y que no necesariamente están sentadas todo el día.“Puede ocurrir en individuos muy activos que simplemente no trabajan los músculos de los glúteos lo suficiente”, indicó Kristen Schuyten, terapeuta física en el Centro Médico Michigan.Lo que sucede al padecer este “Síndrome del trasero muerto” es que al no funcionar de manera correcta el glúteo medio, el músculo que equilibra la pelvis necesita de otros para lograr su equilibrio. Esto provoca, a su vez, dolor en la espalda baja y la cadera, además de problemas en las rodillas y tobillos.Recomiendan los médicos que frecuentemente, durante el día, se trate de descansar de la silla. Levantarse y caminar, estirar las piernas, poner una alarma cada hora para recordarnos flexionar los músculos de nuestro trasero, es lo que recomiendan los especialistas como Bang y Schuyten. Sentarse sobre una pelota también es una buena opción.
*
Podría interesarte:
“Fatiga de bigotes”, la nueva enfermedad que estresa a los gatos
El síndrome que podrías sufrir después de vivir en otro país
¿Por qué un tercio de los mexicanos padece depresión y nerviosismo?