Japón no sólo es conocido por su gran cultura del respeto comunitario, el orden y la tecnología, también se le reconoce por su población longeva y delgada.
¿Pero a qué se le atribuye todas estas bondades? Un artículo reciente sobre los hábitos alimenticios del país asiático revela que la variedad de pescado, verdura, sopa y arroz son el secreto.
No es descabellado creerlo pues Japón es el país con menor índice de obesidad de la OCDE entre personas mayores de 15 años. Apenas unos cuatro millones de japoneses padecen obesidad en sus distintos grados.
La actividad física también es un factor importante, aunque lo determinante sigue siendo la alimentación.
(Foto: Pixabay)
Un estudio del centro de Salud Pública de Japón del 2016 cotejó datos de 36 mil hombres y 42 mil mujeres que respondieron cuestionarios sobre su salud y consumo de alimentos durante 10 años, con controles periódicos.
Los datos son llamativos: los vegetales no provocan obesidad y, mejor aún, bajan la propensión a sufrir enfermedades cardiovasculares y embolias. El pescado, por su parte, aunque pertenece al grupo de las carnes —como el cerdo— su procesamiento en el cuerpo es distinto y contribuye al bienestar cardiovascular.
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Con estos datos, a través del Okinawa Centenarian Study, desde 1975 se estudia la evolución y costumbres alimenticias de los ciudadanos de las «zonas azules», islas al sur de Japón, pues no sólo son flacos, sino que gozan de perfecta salud, aspecto juvenil, bajas enfermedades de tipo cardiovascular y cáncer, además de ser longevos.
Comparado con Occidente, el consumo de azúcares, harinas y aceites es prácticamente nulo, y en América y México —al centro de México, bueno ya, la CDMX— mejor ni le pensamos, pues las verduras, arroz y pescado poco le compiten a las garnachas y la torta de chilaquiles fuera del metro.
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Pero regresando a la dieta japonesa, hay una occidentalización de la dieta Okinawa, que básicamente trata de reproducir los hábitos de las islas del sur japonés para ser delgado y consiste en comer de media a tres raciones de pescado a la semana, cereales integrales, verduras, soya, tofu y algas, calamares y pulpo, que además son ricos en taurina, lo que ayuda a la presión sanguínea y el colesterol.
Sobre la longevidad y signos visibles de envejecimiento hay distintos factores, la genética —que ni cómo quitártela—, pero se dice que las batatas, por su vitamina E, los pepinos amargos de Okinawa y el melón ayudan un montón.
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