Siria ha logrado ponerse en el ojo del planeta, no por sus avances tecnológicos, ni su mensaje de paz entre naciones; más bien su fama se ha debido por la larga guerra que vive el país del medio oriente que ha dejado miles de muertos, desplazados y postales trágicas que quedaran para la historia.Para entender un poco la relación que siria tiene con Rusia, debemos remontarnos a que es lo que está pasando en aquella región del mundo.Siria, antiguamente conocida por ser la región de Mesopotamia, ha estado en conflicto desde tiempos ancestrales debido a que su posición es estratégica para el comercio, esto desde los tiempos de los fenicios. En la actualidad es el petróleo el que mueve los grandes intereses económicos de la zona.
En 1910 aún existía el llamado Imperio Otomano, que sobrevivió antes de la edad media hasta la primera guerra mundial en el año de 1922. Cuando termina la primera Guerra Mundial, dos de los países ganadores dividieron el territorio, siendo Reino Unido quien se quedara con lo que actualmente es Irak y Palestina y Francia con el Libano y Siria.A pesar de haber llegado a un acuerdo, Rusia mostró interés por quedarse con alguna parte del territorio pero quedó fuera. Tras el rechazo, Rusia hizo públicos los acuerdos entre naciones que eran un secreto.
30 años después del término de la Segunda Guerra Mundial, los europeos salieron de la región y se fundó Israel, hogar para los judíos que no tenían país. Mientras esto pasaba, empezó la fundación de Baaz, un movimiento no religioso que intentaría lograr el Estado Arabe Unificado prometido antes por los europeos.El movimiento Baaz tuvo tal importancia que llegó a tomar el poder en Siria en el año de 1971 con el presidente Háfez al-ássad, quien en un principio logró traer progreso, pero que terminó quedándose 30 años en el poder con frecuentes represiones a adversarios y personas en contra de su movimiento.En el año 2000, al morir Háfez al-ássad, su hijo Bashar al-Assad fue el remplazo. Bashar empezó como muchos políticos, con buenas promesas pero ante las continuas exigencias de la democracia en la región, mató y encarceló a miles de personas.
Hablando de religión, el pueblo sirio es en su mayoría seguidor del Islam pero bajo diferentes denominaciones como como cristianos, chiitas, suníes, drusos y kurdos. Los de la mayoría son Suníes (60% de la población), pero los que gobiernan son chiitas, lo que ha causado el enojo de la mayoría, comenzando con lo que conocemos actualmente como la Guerra Civil Siria.Esta guerra ha dejado miles de muertos y desplazados que tienen a Europa en jaque al no poder ni querer recibirlos en sus naciones.
Un aliado poderoso del gobierno de Bashar al-Assad es el presidente de Rusia, Vladimir Putin que en múltiples ocasiones ha abogado por los métodos del mandatario sirio.Ahora que sabemos un poco el origen de la problemática en Siria, queda preguntarnos ¿por qué a pesar de haber una dictadura violenta en Siria, Rusia está apoyando?Aunque Vladimir Putin no está necesariamente apegado a Bashar al-Assad, lo cierto es que Rusia busca evitar el colapso del gobierno de un país en el que tiene intereses estratégicos, políticos, personales, y en el que ha hecho una gran inversión militar y económica. Lo cierto es que lo último que quiere Moscú es que caiga el gobierno sirio y el poder pueda ser tomado por uno o varios grupos yihadistas.
En términos de los intereses políticos vemos que la alianza de Putin con el gobierno en Siria, hace que Rusia regrese a la lucha en el Medio Oriente, esto después de estar mucho tiempo marginado.”Muchos países de Medio Oriente han recurrido a Rusia para asesoría, apoyo y armas. En primer lugar, Irán es prácticamente el más fuerte aliado de Moscú. Pero representantes de los gobiernos en Libia, Egipto y Líbano han viajado recientemente a Moscú”, aseguró Famil Ismailov, editor del Servicio Ruso de la BBC.Sólo hay que ver como el rey de Jordania, Abdalá II, viajó en enero a Rusia para formular estrategias para combatir el terrorismo en la región y discutir asuntos de cooperación económica.
Inclusive Arabia Saudita, visto como un país más cercano a Occidente, entró en conversaciones con Rusia por primera vez en varios años para buscar estabilizar el mercado de crudo.Si vemos cada uno de estos movimientos políticos de Rusia con Medio Oriente, pensaríamos que Putin ha sido quien se la ha “jugado” en la lucha contra Estado Islámico, esto cuando Occidente no encontraba soluciones, haciendo que Moscú sea visto como el único que está haciendo algo contra el terrorismo.A pesar de la oposición que cataloga al gobierno de Rusia como represivo, expertos aseguran que Putin ha restaurado el orgullo al pueblo ruso, siendo especialmente visto como el único que puede obstaculizar la constante arremetida estadounidense en el mundo.Desde una perspectiva militar, uno de los problemas que ha tenido Rusia para proyectarse como potencia militar en el mundo ha sido la antigüedad de sus equipos y la falta de preparación de su ejército.
Una teoría podría ser que el escenario sirio le ha servido a Rusia para desarrollar y poner a prueba nuevo armamento, y ha sido un campo inmejorable para el entrenamiento de su personal militar, sobre todo las unidades especiales.Lo cierto es que uno de los factores cruciales en la incursión de Vladimir Putin en el conflicto sirio podría ser la preservación de su legado, su prestigio y su orgullo, una motivación para el mandatario cuyo ego y narcisismo han sido objeto de análisis constante en la prensa.La cuestión es que Estados Unidos acaba de elegir un presidente con un ego y narcisismo comparable y en un enfrentamiento entre Trump y Putin, ninguno va a dar su brazo a torcer.