A partir de la próxima semana, la revista “The Atlantic” ha tomado la decisión de que sus usuarios paguen por el contenido que la revista ofrece. Su estrategia, diferente a la de las barreras de pago, nació debido al uso cada vez más extendido de “adblockers” (bloqueadores de publicidad).
El consejo editorial de la revista decidió hacer un cambio en sus políticas de acceso a la página web. El próximo lunes, todos los usuarios que usen bloqueadores de publicidad tendrán dos opciones: suscribirse a la revista o abandonar el sitio sin poder ver ningún contenido gratuito.
La empresa calcula que cerca del 9 % de los usuarios únicos que ingresan al home usan alguna extensión para suspender toda la publicidad. La revista, que se publica mensualmente, tiene cerca de 450 mil visitas únicas al mes. Eso quiere decir que más de 40 mil personas empezarán a ver un mensaje que los invite suscribirse o a abandonar la página, en caso de que no se quieran desactivar las extensiones.
El vicepresidente de Desarrollo Comercial, Kim Lau, le declaró al Wall Street Journal que los ingresos por anunciantes en la página es el ingreso más alto que la empresa tiene. Es vital para que sobreviva. Por eso, han decidido que los lectores de la revista “The Atlantic” tendrán que tomar una decisión: bloquear anuncios o leer su contenido.
Esta nueva forma de muro de pago no se ha aplicado antes entre los medios periodísticos. El New York Times y el Washington Post permiten hasta 10 visualizaciones gratuitas por mes para los que no son usuarios. El mismo Wall Street Journal tiene uno de los muros más restrictivos: no permite ninguna visualización gratis. El sitio es exclusivamente para suscriptores.
Algunos medios, como el Financial Times, ha decidido “suavizar” su muro de pago. Aquellos links que los mismos autores enlacen en sus redes sociales personales podrán ser vistos por cualquier usuario que acceda a través de estos.
Algunos medios, como The Atlantic, luchan contra los adblockers a través de estrategias enfocadas en conseguir más suscriptores, a pesar de que saben que perderán potenciales lectores en el camino. Otros medios han sido más agresivos y usan un software especial para desbloquear las extensiones de los usuarios.
La revista se publicó sin anuncios hasta 1937, cuando el modelo de negocios se volvió insostenible sin la ayuda de comerciales. Los editores justifican esta decisión con el argumento de que es una época de grandes cambios en la industria de publicación de contenidos. Los usuarios tendrán que aceptar que ellos también están involucrados y que, si quieren leer un contenido valioso, tienen que pagar por éste.
*Con información de: Adage.com, Wall Street Journal, El Economista.