Miedo, saqueos, vandalismo y un México indignado por los aumentos en el precio de la gasolina fueron los acontecimientos con lo que el país recibió al presidente Enrique Peña Nieto después de sus vacaciones.La respuesta del Presidente ante la evidente crisis fue un mensaje en cadena nacional en el cual trató de explicar y justificar los precios de las gasolinas, además de precisar que la decisión era necesaria para no cancelar los muchos programas de asistencia social a los que millones de mexicanos tienen derecho.
Coronó su discurso con una pregunta: “¿qué hubieran hecho ustedes?”
Su cuestionamiento provocó indignación y malestar en las redes sociales y los comentarios irónicos y en tono de burla, además de los infaltables memes con la imagen del Presidente no se hicieron esperar.El “gasolinazo” se hizo efectivo el 1º de enero de este año, mientras Peña Nieto se encontraba de vacaciones en Mazatlán, la costa del Pacífico, y se relajaba jugando golf, desconectado de las redes sociales y ajeno al malestar social que en 30 de los 32 estados de la República se derivó en protestas pacíficas, manifestaciones, tomas de gasolineras y casetas de cobro de peaje en las carreteras de México.En su mensaje, el Peña Nieto lució un semblante desgastado de seriedad, usando mucho las manos y gesticulando bruscamente al momento de explicar a la sociedad que el precio actual de la gasolina no tenía nada que ver con la reforma energética que él mismo impulsó y tampoco se trataba de nuevos impuestos aplicados a los combustibles fósiles.
Se trata más bien de adaptarse al precio internacional del petróleo. De acuerdo con Peña Nieto, de no aumentar el precio de los combustibles, la situación sería peor porque el Estado habría tenido que sacrificar el financiamiento a programas sociales de apoyo a personas pobres, vulnerables y con problemas de salud.
Después de esta explicación, el Presidente lanzó la polémica pregunta: ¿qué hubieran hecho ustedes?EPN afirmó que había toma una decisión difícil, pero que estaba seguro de que era lo mejor para una estabilidad en el país y el bienestar de todos los ciudadanos, declaración que parece irónica cuando el país se enfrenta a un problema de protestas que día tras día suben de tono y aumentan al número de personas que se unen a ellas.
Punto y aparte de la ola de saqueos a tiendas de electrónicos y autoservicio y actos vandálicos en los estados de Hidalgo, Veracruz y el Estado de México que el Gobierno no ha logrado contener.
El mensaje del Presidente terminó con una sonrisa forzada en su rostro y el deseo de un 2017 marcado por la solidaridad y la unión entre los mexicanos y el compromiso de trabajar “arduamente” para lograr que las familias tengan salud, éxito y bienestar.
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