Los perros son considerados por muchos “los mejores amigos” del hombre. Fieles compañeros, cariñosos, juguetones y peludos. Algunos tienen la suerte de ser parte de una familia humana, cuentan con un techo donde dormir y una mano que siempre está dispuesta a acariciar sus cabezas mientras esperan ansiosos que sus bandejas se llenen de croquetas.
También están los otros, los que sobreviven en las calles defendiendo su esquina y ganándose el cariño de los vecinos, los que ofrecen protección y vigilancia a cambio de un poco de comida. Ellos no tienen en donde resguardarse de la lluvia, no cuentan con agua limpia para hidratarse, ni tampoco saben a ciencia cierta cuántas horas pasarán hasta que puedan volver a llenar su estómago.
Y existen otros que sí tienen un hogar, pero lejos de recibir cariño, son tratados como un objeto que arriesga su vida para llenar los bolsillos de un ser humano que lejos de asumirse como un compañero, se siente el dueño de un ser vivo. Estos perros reciben entrenamientos exhaustivos y violentos, deben tener buena condición física y habilidades para matar. Son perros utilizados para peleas.
A pesar de ser una realidad arraigada en México como una tradición, similar a la de las peleas de gallos, esta actividad clandestina ya es castigada con cárcel para las personas que organicen, acudan o participen en una pelea de perros.
De acuerdo con la modificación al artículo 419 Bis del Código Penal Federal, la cual se publicó el 23 de junio en el Diario Oficial de la Federación, las penas que se impondrán a las personas que participen en peleas de perros en México serán de seis meses a cinco años de prisión, pero si se trata de un funcionario público el personaje inculpado en dicho delito, la pena se incrementará hasta siete años y medio de cárcel.
Además de la prisión, los inculpados deberán pagar multas económicas que van desde los 200 hasta los 2 mil días de multa; estos castigos serán impuestos a las personas que críen o entrenen a un perro con la finalidad de hacerlo participar en una exhibición, espectáculo o actividad que involucre una pelea entre dos o más perros “para fines recreativos, de entretenimiento o de cualquier otra índole”.
También se castigará a las personas que posean, transporten, compren o vendan perros para peleas, así como los sujetos que tengan o administren propiedades que funcionen como sedes para ese tipo de eventos, según se lee en la modificación al Código Penal Federal.
Se tomará como un agravante del delito si el inculpado ocasiona que menores de edad sean espectadores de una pelea de perros.
La iniciativa fue presentada por los diputados federales Clemente Castañeda y Verónica Delgadillo, del partido Movimiento Ciudadano, quienes celebraron la publicación de la modificación al Código Penal Federal utilizando en redes sociales el hashtag #NoMásPeleasDePerros, con el cual diversas organizaciones y activistas en pro de la defensa animal celebraron ese pequeño paso de México encaminado a la protección de todas las especies.
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