La Ciudad de México, urbe maravillosa y bestial que ofrece espectáculos visuales, culturales, artísticos, cátedras políticas, sociológicas o revolucionarias en cada esquina. La frase “sólo en México” no debería menospreciarse ni tomarse a la ligera: Ciertas manifestaciones sociales sólo ocurren en un lugar con tanta diversidad racial e ideológica.
Un ejemplo simbólico sucedió hace apenas unas horas: Alrededor de las 14 hrs (GMT), un espectacular electrónico localizado a la altura de San Antonio en el segundo piso del Periférico, una de las vialidades más transitadas del país, exhibió pornografía durante algunos minutos.
La información que se tiene hasta el momento fue proporcionada por los espectadores, ciudadanos que sumidos en el tedio del tráfico vespertino de viernes, atacados por el sopor del clima chantajista y la espera eterna para llegar a sus destinos, fueron sorprendidos por la reproducción de videos eróticos para adultos, quienes capturaron el momento perturbador en fotografías y videos.
Una medida preventiva que presagió la eliminación de toda evidencia por las autoridades viales y presionadas por el gobierno citadino. Durante un par de horas, las redes sociales, especialmente Twitter y Snapchat se atiborraron de imágenes sin censura y de mensajes que simulaban sorpresa pero que en realidad respondían al morbo, al amarillismo y ludismo.
Esta es la segunda vez en menos de 30 días que los automovilistas atestiguan un momento de cínico exhibicionismo en la CDMX, el despliegue del menú de una página porno. Pero faltó democracia, pues el público no tuvo oportunidad de elegir qué tipo de fetiche quería presenciar para hacer menos espeso su viernes por la tarde nublado y sin quincena.
Hasta el momento, ninguna fuente ha podido confirmar si el incidente responde a una falla de los operadores, a una broma de los encargados en turno o si la empresa a cargo de la publicidad fue hackeada.