Sacerdocio y pederastia. Ambos conceptos cada vez están más ligados. Las escalofriantes cifras lo demuestran año con año, sobre todo en Australia, en donde cerca del 7 por ciento de los sacerdotes del país fueron acusados de abusos sexuales en contra de menores de edad.
En febrero de 2016, mil 880 curas fueron involucrados en casos de abuso sexual a 4 mil 440 niños; además, un millar de instituciones católicas fueron señaladas como cómplices en este tipo de casos, incluido el más reciente protagonizado por George Pell, tesorero del Vaticano, a quien se le acusó de varios delitos de pederastia en Australia.
Al saberse en una situación complicada, la Royal Commision, encargada de investigar los casos de abuso sexual en territorio australiano, recomendó que se impongan sanciones contra aquellos que no denuncien un caso de abuso sexual, incluyendo a sacerdotes que reciban esta información. Se pide también que el secreto de confesión sea eliminado para dejar de proteger a los curas pederastas australianos.
*Foto: El Periódico.
«La Royal Commission ha oído de casos en ambientes religiosos en los que los agresores que hicieron una confesión religiosa sobre el abuso sexual de niños, buscaron perdón y reincidieron», acusó Philip Reed, director ejecutivo de la organización. «Los demandantes generalmente tardan años o décadas en denunciar el abuso».
La reacción de las instituciones religiosas en Australia no se hizo esperar ante la iniciativa, pero en esta ocasión no fue una postura a la defensiva la que tomaron. Francis Sullivan, director ejecutivo del Consejo de Reconciliación de la Iglesia Católica, dijo que si estas recomendaciones se convierten en ley, los miembros del clero se verán obligados a «obedecer la ley o sufrir las consecuencias».
*Foto: Herald Sun.
Esta no fue la única recomendación que hizo la Royal Commission. En total fueron 85 iniciativas las que se incluyeron en este informe en el que también solicitan que los delitos de pederastia sean sancionados con los estándares vigentes y no con los de la época en que se cometió el delito, ya que varios de los abusos se cometieron entre 1980 y 2015, aunque algunos casos datan de 1920.
También se recomienda permitir un mayor uso de pruebas por parte de víctimas múltiples de un solo agresor, así como la ampliación de la definición de seducción de un menor para perpetrar un delito sexual en su contra. Entre julio de 2012 y junio de 2015, los tribunales de Nueva Gales del Sur, en Sidney, trataron cerca de dos mil 604 abusos sexuales en contra de niños, de los que el 40 por ciento de los agresores fueron absueltos.
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