El descenso de las temperaturas en Perú ha provocado que las tormentas que azotaron al país desde enero, finalmente cesen y con esto dé pie al fin de las inundaciones y a los trabajos de reconstrucción. Pareciera que la emergencia al fin terminó y lo que quedó sólo es un paisaje desolador que con labores e inversión gubernamental, acompañada por la cooperación de los ciudadanos se convertirá sólo en un mal recuerdo.
Sin embargo, la emergencia en Perú no ha desaparecido, ahora el país se enfrenta a una proliferación de enfermedades endémicas provocadas por las lluvias y por el clima tropical de la región.
El mosquito aedes aegypt, que transmite enfermedades como el dengue, el chikungunya y el zika, vive y se reproduce en aguas acumuladas en techos, recipientes y en charcos como los que aún existen en la zona norte de Perú, la cual resultó ser la más afectada por las intensas lluvias.
El dengue es la enfermedad que más le preocupa a las autoridades peruanas; se trata de un padecimiento que produce fiebres altas, erupciones en la piel, dolores musculares, articulares y oculares, náusea y vómitos, cansancio, sangrado de nariz y encías.
En casos más graves que no son atendidos a tiempo, el dengue puede ser una enfermedad mortal.
Según cifras preliminares del gobierno de Perú, este año el país ha registrado más de 5 mil 600 casos de este padecimiento; tan sólo en la región Ica, la cual se encuentra a 300 kilómetros al sur de Lima, se han confirmado 500 personas infectadas con esa enfermedad.
En el norte de Perú, donde las lluvias dejaron a la mayoría de los damnificados y los daños fueron más destructivos, los mosquitos se reproducen en los charcos y lodazales; los damnificados de las regiones de la Piura y Lambayeque tienen que dormir a la intemperie debido a cientos de casas se encuentran destruidas o inhabitables, por lo cual esas personas están expuestas a las picaduras de los moscos.
Justo en la región de Lambayeque se reportó la primera muerte a causa del dengue; se trata de una mujer de 40 años que falleció por culpa de una hemorragia que no fue detenida a tiempo y cuando recibió la atención médica ya era demasiado tarde.
Patricia García, ministra de Salud de Perú, aseguró en rueda de prensa que su dependencia está trabajando para evitar posibles brotes de enfermedades, además de intensificar las labores para hacer que los establecimientos de asistencia que se vieron afectados vuelvan a ofrecer servicio lo antes posible.
La Secretaría de Salud del país comenzó una intensa campaña de fumigación en las zonas de alto riesgo, pero suele toparse con que los pobladores se niegan a que rocíen el territorio con los químicos por miedo a que a la larga estos les provoquen daños a su salud.
Por su parte, el gobierno peruano comenzó una campaña de vacunación contra la fiebre amarilla y el tétanos; entre los damnificados hay personas que padecen enfermedades respiratorias debido a los nubarrones de polvo que se levantan cuando el lodo comienza a secarse.
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