Es una cantidad muy difícil de calcular de manera precisa, pero alrededor de 29 mil millones de dólares al año obtiene de ganancias el narcotráfico por la venta de droga, por lo que no sorprende emplee muchos lugares raros para esconderla.El más reciente hallazgo ocurrió dentro de un tierno osito de peluche. Fue en Sinaloa, tierra de Joaquín “El Chapo” Guzmán, donde perros entrenados de la Policía Federal olfatearon estupefacientes.Se trataba de medio kilo con tres paquetes de crystal, que serían enviados a través de paquetería a la ciudad de Hermosillo, en Sonora, lugar de destino que ahora será investigado, y desde luego, el remitente.Pero este intento por ocultar droga entre felpa y tela no es la primera vez que se descubre. En febrero pasado otro hermoso oso de peluche llevaría “alegría” a su dueño, pero también otro perro de autoridades federales frenó el destino del “obsequio”.Fue en Monterrey, Nuevo León, donde también en una empresa de paquetería abrieron un oso de peluche blanco y con un moño a cuadros, que aparte de “una mirada graciosa”, tenía en su interior 100 gramos de heroína.Un año antes, como a mediados de mayo de 2016, de nuevo un primo del “Oso Ted” daría compañía “y amor” a un destinatario en Estados Unidos. Aquella vez el peluche de color rosa traía ocultos un kilo y 400 gramos de crystal.Ahora no fueron los perros, sino la máquina de Rayos X la que vio en el interior del juguete un bulto, por lo que en Ciudad Juárez las autoridades lo abrieron y confirmaron que se trataba de drogas sintéticas.
Hay más lugares en que los narcotraficantes echan mano, ingenio y un poco de suerte para transportar la mercancía, aunque a veces algo los delata y el escondite deja de ser un secreto, como las mochilas de UberEats.A través de mochilas de esta aplicación de entregas de comida a domicilio, fue que 10 hombres repartían marihuana en toda la Ciudad de México, pero los detuvieron en el popular barrio de Tepito.Esto no ocurrió en México, pero merece ser mencionado, porque en Kuwait “arrestaron” a una paloma narcomenudista. La sorpresa del nuevo método para el trasiego de drogas fue en el lomo del ave.La paloma cargaba una mochila de tela, del color de sus plumas y sostenida con hilos, que en su interior contenía pastillas de ketamina, 178 para ser exactos. Igual que en Costa Rica, donde este animal insignia de la paz entraba y salía de una prisión con cocaína y marihuana.De regreso a las anécdotas de nuestro país, alguien decidió que meter en puertas de madera marihuana, sería una excelente idea, pero a gente de la PGR en Jalisco no le fue difícil dar con los 35 kilos de enervante verde.La imaginación y el afán de burlar a las autoridades ha llegado al punto de esconder droga en sandías, pepinos, plátanos, espárragos, envases de papas pringles, tiburones muertos, azúcar de donas, alimento para ganado o hasta imágenes religiosas. Y tú, ¿qué otros escondites para transportar drogas recuerdas?
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