Todos los días somos bombardeados por miles de imágenes, sonidos, videos, palabras y demás armas de la publicidad que nos hacen desear cosas inalcanzables, lo que nos provoca muchas veces un vacío inexplicable.
Fue en 2007 cuando la Asociación de Psicología Americana (APA), publicó una denuncia contra la tendencia sexualizadora en las sociedades modernas que contaminaba a niños y niñas.
En ese documento se advertía una preocupación por el fenómeno sexual que ya estaba adherido a ropa, juguetes, videojuegos y series de televisión, donde se enseñaba de forma sutil el erotismo prematuro en el inocente mundo infantil.
Las niñas son bombardeadas con publicidad sexual. (Foto: Faro de Vigo)
Esto era preocupante por qué estudios han asegurado que las niñas a partir de los cuatro años son bombardeadas con modelos de éxito social donde “triunfan gracias a sus atributos físicos”, pero no por sus cualidades personales y profesionales. Hoy en pleno 2017, lejos de corregirse este tipo de ataques contra la infancia, han aumentado.
Por desgracia este mal está tan incorporado a lo cotidiano que es difícil darse cuenta. Brasieres con o sin relleno para niñas, tacones, minifaldas, muñecos que simulan ser bebés, cocinas para jugar a hacer la comida y un sin fin de productos son parte de lo “normal” para una niña.
(Foto: La Manzana Podrida)
Psicólogos y especialistas han alertado que la situación ha llegado a tanto que se ha presentado una etapa desconocida en el ser humano: la llamada preadolescencia, que no es más que el recorte de la infancia en una sociedad que impulsa a crecer.
Según un articulo de El País, las razones de este fenómeno son las del consumo, siendo la moda el principal causante del uso de las niñas para que sean Lolitas cada vez más jóvenes.
Otro punto que se atribuye es el de vivir en una sociedad con grandes dosis de doble moral. Por un lado se critica a una mujer que vista de forma provocativa, pero se acepta a una niña vestida como una mujer, maquillada, con tacones y minifalda.
Olga Carmona, especialista de El País asegura que todo es parte de “un síntoma de una cultura que flirtea desde la infancia con el mercado de lo sexual y que todavía sigue anclada en patrones que encasillan al género femenino en lo accesorio”.
En Francia se tiene el registro de que el 37 por ciento de las niñas entre 7 y 11 años asegura estar a dieta. Esto está asociado a la creencia de que la sociedad las va a cotizar en función de lo atractivas que resulten para los hombres.
Uno de los ejemplos más reales y alarmantes de esta sexualidad infantil es el aumento mundial en los porcentajes de niñas, entre los 5 y 9 años, afectadas por trastornos de alimentación, principalmente anorexia y bulimia.
Es una realidad que todos los días nos preguntamos ¿por qué no puedo tener el cuerpo de él/ella? ¿Por qué no puedo tener lo que él/ella tienen? Y un sin fin de cosas que nos alteran al grado de dañar el autoestima y la salud, pero debe haber una marcada diferencia y reflexión entre lo moral y lo normal.
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