Una expedición rusa encontró un “tesoro” histórico de la época nazi. Entre uniformes militares, municiones, instrumentos científicos, latas con gasolina, documentos y objetos personales, se dedujo que todo pertenecía a una base secreta habitada en 1943 y dedicada a la investigación meteorológica que rendía cuentas a Hitler.
La isla Alexandra, a 960 kilómetros del Polo Norte, fue locación de lo que ahora se confirma fue una de las bases cruciales (más de 700 informes en menos de un año) para la recolección de datos meteorológicos que ayudaron a los cruceros y submarinos nazis, durante la Segunda Guerra Mundial, en una operación llamada Wonderland.
¿Pero qué acabó con la estación que estaba dando tantos frutos para la expansión del tercer Reich? Aunque se pensó como una base permanente y ésta era reabastecida de forma frecuente por aviones que dejaban caer paquetes, la tripulación tuvo que ser evacuada antes de cumplir un año en misión, en 1944, pues fue víctima de una epidemia de triquinosis después de comer carne de oso polar contaminada.
Aunque tras el salvamento se intentó destruir todo para borrar evidencias que ayudaran al enemigo, el intenso frío no lo permitió y conservó madera, cuero y algunos tejidos; lo que ahora permite confirmar o desmentir supuestos mitos sobre la avanzada del Führer.
Después de encontrar y recuperar los más de 500 objetos, una nueva tripulación de rusos se está estableciendo otra vez en esta base militar, pues la isla sigue conservando una posición de estrategia privilegiada para los informes sobre las profundidades del clima ártico.
Hasta antes de este hallazgo, después de ser evacuada en 1944, la base no fue visitada hasta 1990, después de la caída de la Unión Soviética.
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