Inició su carrera ganando sólo 10 dólares, pero a un año de haber firmado un contrato con 20th Century Fox, y convertirse en la pequeña actriz más taquillera, salvó a la productora de la quiebra. Hoy, la BBC dio a conocer que la niña de los “ricitos de oro”, Shirley Temple, retirada del cine desde 1949, falleció ayer, 10 de febrero, a los 85 años de edad en su casa, a causa de muerte natural.
Luego de una meteórica carrera iniciada cuando sólo tenía cinco años. La niña tuvo su apogeo a principios de los años 30 y continuó trabajando hasta finales de los 40.
Entre sus filmes más destacados figuran Bright Eyes, Stand Up y Curly Top. Temple ha sido, sin duda, la estrella infantil más famosa de Hollywood, inspiradora de las generaciones de “niñas prodigio” que luego llegaron a la gran pantalla.
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Temple, quien se convirtió en la actriz más taquillera de Hollywood antes de alcanzar los seis años, enamoró al público estadounidense durante la Gran Depresión, así como a audiencias en el mundo entero, que siguió viendo sus películas mucho tiempo después de que había dejado de ser pequeña y había desaparecido de las salas de cine.
Más tarde se reinventó como exitosa empresaria y líder política, uno de pocos casos en la historia del cine en que una estrella infantil logra forjarse una carrera una vez que las cámaras dejan de filmar.
Se retiró de los reflectores en 1950 y el público volvió a saber de ella hasta 1967, durante su condición de candidata republicana al Congreso.
Tras su derrota en las elecciones, continuó trabajando para el partido. En 1968 viajó a Europa para respaldar la postulación de Richard Nixon, y en 1972 se convirtió en una de las primeras mujeres en hablar públicamente del cáncer de seno, siguiendo su diagnóstico de la enfermedad.
Cuando Nixon alcanzó la presidencia, la nombró miembro de la delegación estadounidense en la ONU. En 1974 se convirtió en embajadora en Ghana. El presidente George Bush padre la designó representante estadounidense en Checoslovaquia.
Conocida opositora de la discriminación racial, pronto ganó popularidad y se forjó una reputación por trabajar duro y en forma poco ortodoxa. Pero con todo, no fue fácil sacarse de encima la imagen de la pequeña de los rizos y las pecas, como se recordará siempre.