México ha sido calificado como el tercer país con más delincuencia organizada del mundo, sólo detrás de Myanmar y Colombia, según el Índice Global de Crimen Organizado 2025 (GI‑TOC), que mide la fuerza y diversificación de las redes delictivas y la capacidad de los Estados para combatirlas.
De acuerdo con los resultados, México obtuvo una calificación de 7.68 sobre 10 en el indicador general de criminalidad, cifra que lo coloca sólo por debajo de Myanmar y Colombia. Este puntaje representa un aumento respecto al registro anterior, cuando sumó 7.57 puntos.
El informe destaca que los cárteles mexicanos, principalmente el Cártel de Sinaloa y el CJNG, operan como verdaderas corporaciones, pues dominan el tráfico de drogas, desde cocaína hasta fentanilo y metanfetamina; mantienen redes de trata de personas y contrabando de migrantes; realizan extorsión, tráfico de armas, delitos financieros, ciberdelitos y crímenes ambientales y cuentan con estructuras internas comparables a empresas multinacionales, con presencia incluso en prisiones.
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Además del primer lugar en delincuencia organizada, quedó en primero de mercados ilícitos
Pero nuestro país no sólo tiene ese penoso tercer lugar, sino que el informe también señala que México obtuvo el primer lugar de mercados criminales, con una calificación de 8.27 sobre 10, la más alta del mundo. Esta medición incluye actividades como narcotráfico, tráfico de armas, trata de personas, bienes falsificados, extorsión, tráfico de migrantes y delitos ambientales, entre otros.
El estudio también subraya la debilidad estructural del Estado frente a estas organizaciones. La resiliencia institucional, encargada de medir la capacidad del país para prevenir, investigar y combatir el crimen organizado, fue evaluada con 4.50 puntos sobre 10, situando a México en el puesto 111 de los 193 países analizados. Esta brecha entre criminalidad y capacidad institucional es una de las principales alertas del informe.
Los estados del sur de México, como Chiapas, Oaxaca y Guerrero, son los más afectados por la trata de personas y la explotación laboral, mientras que los cárteles consolidan rutas para drogas y armas hacia Estados Unidos y otros destinos internacionales.
Aunque el gobierno mexicano ha intensificado esfuerzos de seguridad, la GI‑TOC advierte que la resiliencia institucional es insuficiente frente a la sofisticación de los cárteles. Las redes ilícitas avanzan más rápido que las medidas estatales, lo que genera riesgos de impunidad y violencia estructural.
El Índice Global de Crimen Organizado 2025 es una llamada de alerta internacional: México enfrenta un desafío sistémico en el que las redes criminales se consolidan y diversifican, mientras la capacidad del Estado para controlarlas sigue rezagada. Expertos coinciden en que se requieren estrategias más efectivas y coordinadas para proteger a la población y evitar que estos grupos se fortalezcan a nivel global.

Con información de Animal Político / Foto de portada: tomada de internet
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