Como una sombra pegada a cada uno de sus pasos. Así caminan las mujeres de Arabia Saudita, obligadas a estar siempre acompañadas de un hombre. Son conocidos como “mahram” y son sus propios padres, esposos, hermanos o tutores los que desempeñan este papel completamente machista y autoritario.Las mujeres saudíes no pueden salir sin ellos. El machismo tiene contaminado el país. Todas ellas son manejadas a su antojo. No pueden trabajar ni tampoco votar. No pueden probarse ropa en una tienda, utilizar una alberca en un hotel, no pueden abrir una cuenta bancaria. Nada pueden hacer sin el permiso de su tutor o cónyuge.Aunque no sea suficiente, las leyes poco a poco se relajan para ellas. Salmán bin Abdulaziz, rey de Arabia Saudita, aprobó una orden para que las mujeres de ese país puedan viajar y estudiar sin la necesidad del permiso de un hombre.
Podrá parecer insignificante para muchos, pero este es un gran paso para las mujeres de Arabia Saudita que buscan reconocimiento como tales, sin depender de las concesiones masculinas.“Esto que está pasando podría significar que las mujeres puedan, más adelante, acceder a otras cosas”, dijo Maha Akeel, activista por los derechos de la mujer y directora de la Organización de Cooperación Islámica. “Acceso a tratamientos hospitalarios, trabajar en el sector público y privado, presentarse ante tribunales, todo eso podríamos hacer sin necesidad de un tutor”.La balanza de la clase laboral se inclina hacia los hombres con un 95 por ciento; este es un fiel reflejo de la nula equidad de género en Arabia Saudita. Ante esto, miles de mujeres se organizan constantemente para exigir mayores libertades, menos violencia en su contra y, sobre todo, anular la imposición de un tutor.
En septiembre pasado, más de dos mil mujeres se manifestaron en las oficinas de Abdulazis para exigir el fin de la tutela. Las saudíes tomaron como resultado el que ahora ya puedan estudiar y viajar sin el permiso de un hombre.Una de las cosas por las que activistas como Akeel deben luchar es quitarles de la mente a las mujeres que está bien el trato que reciben por parte de los hombres. Tan arraigada está esta forma de vida, que ellas creen que es normal que vivan bajo la tutela masculina. “Como mujer saudita, quiero un guardián”, dice Noura Abdulrahman, funcionaria árabe. “La imagen que se tiene desde occidente es que los hombres dominan a las mujeres, pero se olvidan de mencionar el aspecto del amor. Si quieres un marido que de verdad cuide de ti, sólo lo vas a encontrar en el islam”.Hace dos años, después de distintos reclamos por multitudes de mujeres encabezadas por Maha Akeel, se permitió que las sauditas votaran en las elecciones municipales por primera vez.
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