El Evangelio sugiere que la Virgen María se embarazó por obra del Espíritu Santo, un milagro de la concepción. “El Evangelio Según Jesucristo”, de José Saramago, sugirió que la Virgen no era virgen y que su embarazo y el nacimiento de Jesús se desarrolló como el de todas las mortales, bajo los mismos principios biológicos y reproductivos.
La obra del portugués desató críticas en muchos países católicos, pues significaba una ofensa, una blasfemia, pues sugería que, en realidad María había tenido relaciones sexuales con José.
Aunque hay muchas personas (religiosas o no) que han pensado en esa posibilidad, pues reúne toda la lógica posible, muy pocas se han atrevido a enunciarlo, temiendo el escrutinio y el repudio de la comunidad católica furibunda y enfurecida.
A excepción de una monja dominica argentina, Lucía Caram, cuyas palabras, como se temía, desataron un escándalo religioso en España: afirmó que María, madre de Jesús no era virgen y que, evidentemente, había sostenido relaciones sexuales con San José.
Durante un programa de televisión español, “Chester in Love”, Lucía afirmó no sólo María estaba enamorada de José, sino que eran una pareja “normal” y “tener sexo es algo normal”, aunque eso fuera algo “difícil de creer y difícil de asimilar”.
Fijó una postura firme frente a la postura que históricamente ha tenido la Iglesia con el tema del sexo y la sexualidad, manteniéndolos “un poco bajo la alfombra” y no tanto porque se les considerara como tema “tabú” sino como “un tema que se consideraba sucio, oculto, y era la negación de lo que yo creo que es una bendición”.
Según Lucía, la sexualidad es algo que, incluso, viene directamente de Dios “él nos la dio”, y es parte de cada individuo, de su expresión individual. No obstante, la Iglesia se empeña en asegurar que la virginidad de María es “un acto de fe”.
Tras sus declaraciones (y más en una nación católica por excelencia), las redes sociales se llenaron de mensajes de odio, desaprobación, rechazo, desprecio e incluso pidieron que fuera destituida. El pecado era claro y las sentencias irremediables e inamovibles.
En conclusión, para ella la Iglesia tiene un poco de culpa por haber presentado a María y a José “de otra manera” y no dar a entender que sostenían una ” relación madura de amor que se abre a la vida y que es capaz de gestar y secundar un proyecto de liberación, de salvación”.
Ayer, la furia de los católicos empedernidos llegó demasiado lejos, pues Lucía está recibiendo amenazas de muerte y otro tipo de embates verbales que sugerían que era una “beata hereje”. A pesar de eso, está consciente del shock que provocó en muchas personas y a pesar de todo recalcó su fidelidad y su amor por la Iglesia: “Así como los proyectos de Jesús son claros, la certeza de que el sexo no es ni sucio ni algo que debería ser condenado, son igual de claros. El matrimonio y el sexo son una bendición”.
Por su parte, Infobae informa que el obispado del municipio español Vich sentenció su desaprobación por el mensaje y que las palabras de “la religiosa” no se ajustan a la fe de la Iglesia. Lamentaron la confusión que “se haya podido crear entre el pueblo fiel”.
Sus compañeras, las dominicas del Real Monasterio de Santo Domingo de Caleruega también le dieron la espalda y publicaron en su cuenta de Facebook “condenamos y rechazamos las palabras y el pésimo ejemplo de sor Lucía Caram de las cuales, nosotras, monjas Dominicas de la casa de Domingo de Guzmán, somos las primeras perjudicadas”.
Sea como sea, Lucía considera que es momento de que la Iglesia tenga una “revolución”, para que los mensajes transmitan algo verdadero y tengan credibilidad. Para ella, hasta ahora, las Iglesias están vacías.
*
Podría interesarte:
¿Por qué los mexicanos creemos más en la religión que en la ciencia?
Los peregrinos se arrodillaron, rezaron y abandonaron a sus perros en la Basílica.
Juez admite por primera vez un amparo contra el gasolinazo.