Pasan los días y Donald Trump parece tan decidido a cumplir sus amenazas en contra de los migrantes en Estados Unidos, especialmente mexicanos, como el primer día de su campaña presidencial.“Vamos a ir por los criminales y los que tengan un pasado delictivo, miembros de pandillas, narcotraficantes”, dijo Trump al programa 60 Minutos de la cadena norteamericana CBS el domingo. “A mucha de esta gente, unos, dos o incluso tres millones, la vamos a sacar del país o la vamos a encarcelar”.
Además refrendó su apoyo a la construcción de un muro que divida la frontera de su país y México y que deportará o encarcelará a todos los indocumentados con un historial criminal.
A pesar de que falta poco más de un mes para convertirse en el hombre más poderoso del mundo, algunos opositores dentro de la política norteamericana le salieron al paso.
Esta semana, el alcalde de Chicago, Illinois, Rahm Emanuel expresó su apoyo a las comunidades inmigrantes que viven en esa ciudad.
“A todos aquellos que después de las elecciones estén muy nerviosos y llenos de ansiedad, deben saber que están seguros en Chicago y son apoyados en esta ciudad”, dijo Emanuel. “Chicago siempre será una ciudad santuario”.Las “ciudades santuario”, como son conocidas en Estados Unidos, son aquellas que protegen a los migrantes de redadas y deportaciones. En el caso de Chicago, la policía y los funcionarios municipales tienen prohibido preguntar el estatus migratorio de las personas y tampoco colaboran con Inmigración en la detención de indocumentados para su deportación gracias a la “ley santuario” que rige a esa ciudad desde hace 33 años.
La postura de este alcalde se suma a la de Bill de Blasio, de Nueva York, quien la semana pasada desafió a Donald Trump con sus declaraciones durante una rueda de prensa.
“Toda orden que emita el presidente electo de Estados Unidos, Donald J. Trump, relacionada con el seguro de salud ‘Obamacare’, la práctica de detención y cacheo (‘Stop & Frisk’), los derechos reproductivos y los derechos de los inmigrantes indocumentados, será combatida por la ciudad de Nueva York”, declaró De Blasio. “Cualquier orden que amenace la calidad de vida de los neoyorquinos será combatida”.Este lunes, el alcalde de Los ángeles, Eric Garcetti se sumó a la postura de apoyo a los migrantes. “Si el primer día como presidente vemos algo que resulta hostil para nuestra gente y ciudad, malo para nuestra economía y nuestra seguridad, hablaremos, lo diremos y actuaremos”, declaró para el periódico Los Angeles Times.
Sus palabras fueron respaldadas por el jefe del Departamento de Policía de esa ciudad, Charlie Beck. “No nos vamos a involucrar en actividades de aplicación de la ley que se basen únicamente en el estatus migratorio de una persona”, dijo Beck . “No vamos a trabajar conjuntamente con el Departamento de Seguridad Nacional en los esfuerzos de deportación. Ese no es nuestro trabajo y no lo convertiré en nuestro trabajo”.Si Donald Trump cumple su amenaza, tendría que considerar que la salida de inmigrantes indocumentados de la economía estadounidense tendría un costo en el corto plazo de 236 mil millones de dólares para Estados Unidos, que podrían convertirse en 434 mil millones de dólares en los próximos 10 años según datos de la think thank Center for American Progress.Pero para lograrlo, Trump tendrá que doblegar a estos personajes decididos a defender los derechos de los cerca de 11 millones de inmigrantes ilegales que residen en el país norteamericano. Considerar el costo que implica organizar redadas masivas, el dolor de separar a miles de familias, tanto de los deportados como de aquellos que se quedan del otro lado del muro.
*
Podría interesarte:
Nueva York se ofrece como refugio para las minorías que Trump amenazó con perseguir.
Los mexicanos se quejan de Trump pero nuestra política migratoria es peor.