¿Te imaginas? De haberse podido evitar la matanza de Tlatelolco, ahora mismo no estaríamos hablando de ese suceso que, a 52 años de sucedido, sigue con muchas preguntas sin responder. Y vamos, siendo totalmente objetivos, todo esto pudo haberse evitado de haberse cumplido con las exigencias del pliego petitorio del Consejo Nacional de Huelga, o, siquiera, aceptando el Gobierno de Díaz Ordaz el diálogo público con los líderes del movimiento estudiantil.
Aunque hubo dos ocasiones en las que Díaz Ordaz aseguró que sólo se reuniría con los estudiantes de manera privada para atender algunas solicitudes, no fue sino hasta la mañana del mismo 2 de octubre, cuando el entonces presidente de México, envió a dos representantes a casa del rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, para dialogar con líderes del movimiento. No, evidentemente no se llegó a nada. Los detalles de la reunión que pudo haber cambiado el rumbo de lo ocurrido una tarde como hoy en la Plaza de las Tres Culturas, te los contamos a 52 años del 68.
Luis González de Alba (izquierda) fue uno de los líderes atrapados por el Ejército el 2 de octubre. (Foto: A 50 del 68)
‘Sólo hablaban de una pronta solución al conflicto’
Javier Barros Sierra, rector de la UNAM, recibió la mañana del 2 de octubre a Andrés Caso y a Jorge de la Vega Domínguez, representantes del Gobierno enviados por Gustavo Díaz Ordaz. Por parte de los estudiantes, aparecieron Luis González de Alba, Antonio Muñoz y Gilberto Guevara Niebla.
¿Versiones? Vamos primero con la del dirigente estudiantil de la Facultad de Filosofía y Letras, González de Alba. “Andrés Caso hablaba mucho de pronta solución al conflicto, de diálogo con el gobierno, de buena voluntad, de que durante meses los malentendidos y otras circunstancias desfavorables habían impedido un acercamiento como el que ahora teníamos”, revelaba en su momento de Alba.
“Dijimos que sólo habíamos ido para plantear las tres condiciones previas exigidas por el CNH para entablar un diálogo posterior. Dimos a conocer las condiciones y esperamos. Jorge de la Vega Domínguez había escuchado las demandas del CNH sin alterar en nada la expresión de los fríos ojos azules con que nos observaba. En cambio Caso manifestó cierta inquietud que expresaba con movimientos sobre el asiento y rápidas miradas a su compañero y a nosotros”, remataba Luis González de Alba.
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Gilberto Guevara Niebla fue uno de los asistentes a esta reunión con el rector de la UNAM. (Foto: A 50 del 68)
‘Entonces, no tiene sentido común continuar hablando’
La versión que dio Gilberto Guevara Niebla sobre esta reunión en casa del rector Javier Barros Sierra, es, quizá, la más completa al respecto. Así, íntegra, la reproducimos para ti, con ayuda el colectivo A 50 del 68, colaboración que hicimos hace dos años con Proceso y con el Centro Cultura Universitario Tlatelolco.
“Durante la reunión con los representantes del presidente, Andrés Caso, un burócrata poco conocido, habló primero: Señores –dijo Caso–, el presidente de la República nos ha honrado nombrándonos, al licenciado De la Vega y a mí, sus representantes y nos ha pedido que realicemos las gestiones necesarias para establecer un puente de comunicación con los estudiantes inconformes. Esta actitud refleja la honda preocupación del señor presidente — preocupación que muchos mexicanos compartimos– por la evolución que ha tomado el conflicto. Siguiendo sus instrucciones, hemos solicitado al señor rector su amable mediación para organizar esta reunión”.
“Tomamos enseguida la palabra. Expusimos que la posición del Consejo Nacional de Huelga, era, como siempre, la de dialogar pero que antes deberían satisfacer las tres condiciones estipuladas en nuestro desplegado del día 24: cese de la represión, desalojo de las escuelas y liberación de los detenidos. No bien terminamos, De la Vega, con una actitud agresiva y el rostro enrojecido, tomó la palabra:
–El Gobierno de la República no puede aceptar condiciones de nadie. Si alguien ha violado la ley son ustedes. Ustedes, con su conducta, están llevando el sacrificio de la juventud mexicana. Yo soy del PRI y lo digo con orgullo. Los gobiernos priistas han sido respetuosos de la ley y el actual gobierno ha sido sumamente tolerante con los desórdenes que ustedes han promovido. El gobierno no puede aceptar las condiciones de nadie.
–Nosotros sólo dialogaremos – repusimos– cuando haya cesado la represión; dialogar bajo las actuales condiciones de la represión equivaldría a aceptar que prive la fuerza sobre la razón.
–Entonces –dijo de la Vega– no tiene sentido continuar hablando.
¿Te imaginas si hubiera habido un poco de apertura? Quizá no estaríamos hablando hoy del asesinato cruel de estudiantes ni tampoco estaríamos conmemorando una matanza… Pero hoy, la historia, lamentablemente, es otra.
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