Respira tranquilo. Siempre tienes los daily updates de mi tocaya Sam Alvarado y todas las notas y análisis de Cultura Colectiva News para estar muy bien informado. La verdad es que sí es un buen oasis de libertad de expresión, frescura y todas esas cosas que se esperan de un periodismo serio y responsable porque en el medio en general las cosas andan bastante cerca del color de hormiga.
El periodismo en México no atraviesa por su mejor momento. (Foto: Antón Castro)
Los despidos en los periódicos clásicos y tradicionales, siguen y duro. ¿Preocupa? Sí, claro. Además de las fuentes de empleo que están perdiéndose, una de las riquezas más sólidas de un sistema social y democrático sano es que haya opciones robustas que reflejen todos los puntos de vista ¿no?
En la semana reciente, un columnista tan prestigiado como Lorenzo Meyer fue retirado de las páginas del diario Reforma.
Seguro lo has leído o escuchado. Sus análisis también son cotidianos con Carmen Aristegui y en Radio Educación. Profesor emérito de El Colegio de México y miembro también emérito del Sistema Nacional de Investigadores, Meyer es uno de los referentes más importantes para entender el pensamiento de Andrés Manuel López Obrador y el enfoque que tendrá su administración, así que interpretar su despido del periódico como una consecuencia del cambio en el poder político mexicano es verdaderamente un sinsentido.
En Milenio también continúa la sangría. El fin de semana, Froylán M. López Narváez, tampoco un opositor del próximo gobierno, se despidió de esas páginas al igual que Fernanda de la Torre, quien no es una columnista con perfil político.
El periodismo en general lleva ya un rato en crisis. Como ejemplos conocidos, es de dominio público que Reforma tiene bastante tiempo sumido en una muy severa y que en La Jornada estalló incluso una huelga en junio de 2017 que duró muy poco, pero porque la autoridad la declaró inexistente.
¿Cuál es el punto? En realidad son varios. El primero es que esas aseveraciones cada vez más comunes que generalizan etiquetando a los medios periodísticos como veletas que se mueven a como va el viento políticamente hablando, son juicios tan simplistas como igualmente dañinos para el sistema social y democrático del país. La libertad de expresión y el libre mercado existen, y prueba de ello es que tanto en el universo impreso como en el digital hay publicaciones identificadas con todos los puntos de vista.
Lo que está sucediendo con los medios periodísticos mexicanos no es un hecho aislado en el planeta. Hay varios diarios y revistas en los países del llamado primer mundo que han decidido dejar sus ediciones impresas ante el apabullamiento de internet y otros que incluso han regresado al papel después de darse cuenta de que lo que en realidad les funciona mejor es la dualidad.
Así como la televisión está en un proceso de reinvención ante la llegada de los servicios de video en streaming, a los periódicos y revistas les pasa lo mismo con los medios nativos digitales, como Cultura Colectiva News, que están tomando cada vez más fuerza.
Los medios en el mundo están en crisis y buscan reinventarse. (Foto: Supergracioso)
Y sí, el cambio político actual en México está cruzándose en esa circunstancia. Hace un par de semanas, en esta misma columna, te comentaba sobre las tentaciones del manejo político de los medios como en el caso del intento del próximo presidente de este país para que Carmen Aristegui y José Gutiérrez Vivó regresen a la radio. ¿Es papel de un futuro gobernante meterse en esa clase de asuntos? ¿Significaría una medida de presión para los radiodifusores? ¿Quedarían esos periodistas en deuda con él? El diablo está en los detalles.
En contraposición, uno de los comentarios más generalizados sobre la disminución drástica que hará el próximo gobierno en el gasto en publicidad oficial, es que esa es justo la causa por la que muchos medios están teniendo que anticiparse a una reducción fuerte de sus ingresos haciendo recortes bárbaros de personal.
Eso tiene una dosis bastante alta de verdad, pero también es importante hacer las precisiones pertinentes. ¿Un medio de comunicación es vendido sólo porque incluye publicidad oficial en sus páginas? Falso. En las administraciones anteriores, era absolutamente común verla también en los medios más críticos. Después de todo, es incluso una obligación del gobierno difundir sus programas públicos e información útil para la población como campañas de salud, protección civil, trámites o sobre el pago de impuestos, por ejemplo.
¿Hay medios que dependen de la publicidad oficial para subsistir? Sí, y eso también es muy malo. El gobierno tendría que ser un cliente más. ¿Es tan simple? No. Como ejemplo, tú lo sabes, el Banco de México ajustó a la baja hace pocos días su perspectiva de crecimiento de la economía. Cuando la economía no crece lo suficiente, no hay tantas ventas, no hay dinero y ¿qué crees que es de lo primero que recortan las empresas para enfrentar esa circunstancia? Exacto, el gasto en publicidad.
Algo que de repente se nos pierde de vista es que si el gobierno no gasta, entonces el mercado interno del país sufre. Eso pasa en muchos renglones de la economía, por ejemplo, la construcción de obras públicas da ingresos a las constructoras y a sus trabajadores ¿no? El sector salud compra muchos millones en medicamentos a los laboratorios farmacéuticos que generan muchos empleos, y así.
La publicidad oficial tiene una función similar. Por un lado cumple su tarea de mantener informada a la población sobre temas fundamentales y por otro, paradójicamente, permite a los medios desarrollar un periodismo de más calidad que sólo las notas rentables comercialmente. Es cuestión de encontrar un equilibrio correcto ¿no?
Después de todo, hacer periodismo cuesta y no es cierto que las redes sociales lo sustituyen, sino lo enriquecen mediante el diálogo y los puntos de vista. ¿Qué tan dispuesto estarías a ser tú quien pague por estar informado mediante suscripciones impresas o en línea? Es pregunta.
*Las columnas de opinión de CC News reflejan sólo el punto de vista del autor.