La caza como mero deporte ha ido en aumento los últimos años. Se estima que el estado de Guerrero es uno de los más vulnerables en cuanto a las especies en peligro se refiere. El verdadero problema es que en algunas regiones no es ilegal cazar por diversión o simplemente se hace a escondidas ya que no hay muchas restricciones ni vigilancia alrededor de los animales, sin importar si hay suficientes ejemplares o no.
Dos de los animales más cazados en Guerrero son las iguanas y las guacamayas porque se cree que al ser dos especies oriundas del estado no corren peligro. Lo cierto es que las iguanas verdes y de cola negra son dos tipos de reptiles que desde 1990 se encuentran bajo supervisión para poder conservarlas. Fue en esta década que eran muy codiciadas para convertirse en mascotas.
De igual manera está la guacamaya verde, la cual es tan exótica que, igualmente, fue una de las mascotas más codiciadas, pero en este caso, resulta un tanto más cruel, ya que no sólo los animales son cazados o capturados, sino que su propio ecosistema ha sido destruido por los depredadores humanos. Ahora no es una especie tan cotizada, pero su lugar ya fue destruido y no para.
Ante ello, estamos frente a una alerta a la que todos debemos atender, es simple. Tratemos de cuidar el ambiente, pero en especial, no consumamos esas especies y tratemos de conservar los ejemplares que aún existen. Los guerrerenses, las autoridades y los senadores oriundos del estado, como Manuel Añorve están enfocados en tratar de solucionar el tráfico de especies y en especial, en darle un mejor ecosistema a las sobrevivientes. El senador propuso una iniciativa en la que plantea sancionar a quien provoque la muerte de las especies para reducir el número de ejemplares fallecidos cada año: 60 mil al año. No obstante, la verdadera pregunta es, ¿tú qué haces para conservar a las iguanas y a las guacamayas?