“Las partículas contaminantes menores o iguales a 2.5 micras (PM 2.5) tienen características aerodinámicas que les permiten flotar fácilmente y evadir tanto las barreras naturales de protección, como las artificiales (cubre bocas), debido a que su tamaño les permite atravesar poros diminutos”, aseguró la investigadora del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Gisela Gutiérrez Iglesias.
“De esta forma entran sin ningún problema por la vía respiratoria e inclusive vía oral y se depositan, primero en vías aéreas altas, pero pueden llegar a las vías aéreas bajas y alojarse en los alveolos pulmonares, lo cual es preocupante porque allí se genera el intercambio de oxígeno y a través de este proceso pueden introducirse en el torrente sanguíneo y, de esa forma, depositarse en otros órganos”, alertó la catedrática e investigadora de la Escuela Superior de Medicina (ESM).
Gutiérrez Iglesias detalló que las partículas PM 2.5 generadas a partir de los incendios, traspasan las barreras naturales (vellos nasales y mucosas) y son cien por ciento respirables.
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(Foto: Pixabay)
La experta explicó que en proyectos realizados en conjunto con científicos del Departamento de Fisiología del Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez” y del Departamento de Investigación del Instituto Nacional de Cancerología, han apreciado que éstas desencadenan procesos inflamatorios y debilitan el endotelio de las células (capa que las recubre), lo cual favorece su introducción y depósito en ellas.
“Cuando la exposición a las partículas es constante se pueden formar aglomerados y la situación se agrava”, afirmó. Señaló que, aunque la exposición a las partículas PM 2.5 sea mínima, se favorece el estrés oxidativo, es decir, se producen especies reactivas de oxígeno como los peróxidos, que provocan inflamación y daño celular.
Por ello, como una medida preventiva, recomendó el consumo de antioxidantes como: chocolate amargo, canela, zanahoria, té verde, brócoli, tomate, frutos rojos, uvas, nueces, almendras y cacahuates (no procesados) para brindar protección a las células; así como el consumo de cítricos para reforzar el sistema inmunológico.
“Es importante que se conozca que no todos los organismos reaccionan de igual forma ante los contaminantes y hay personas que son más susceptibles, como los niños, adultos mayores, personas con afecciones pulmonares (asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica), diabetes o afecciones cardiovasculares, así como los individuos con algún proceso canceroso, pues hay estudios que sugieren que las partículas favorecen la metástasis”, añadió.
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*Con información de IPN.
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