Mientras el resto de los países latinoamericanos se esfuerzan por reducir la cantidad de material militar que importan, México incrementó un 180 por ciento el valor de sus importaciones de armamento entre 2012 y 2016, informó el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo.
De acuerdo con Aude Fleurant, analista del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) especializada en Latinoamérica, este aumento durante los últimos cinco años se debe a la guerra contra el narcotráfico que se desató durante el sexenio del expresidente Felipe Calderón.
La principal inversión en armamento se realizó en la adquisición de equipamiento medio y ligero: armas de asalto, medios de transporte para los efectivos, municiones, camiones blindados todo terreno y víveres. El tipo de material que se importa para aplicar medidas de contrainsurgencia, explica Fleurant.
Estados Unidos también ha jugado un papel muy importante en el aumento de las armas que ahora se importan, pues es nuestro vecino del norte quien suministró el 56 por ciento del material que se introdujo al país.Con estas cifras, México es ahora el segundo país en Latinoamérica que más armas ha importado en los últimos cinco años. El primer lugar lo ocupa Venezuela y el tercero Brasil.
El sistema de cálculo utilizado en el informe del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo no se refiere a los precios reales de compraventa, sino a los costos de producción, ya que una buena parte de las armas que ingresan al país son donadas por el gobierno norteamericano.
Por su parte, España es el segundo mayor exportador de armas a México después de Estados Unidos. En el último lustro, el país europeo fue el responsable de proveer el 10 por ciento del material militar importado.
Sólo en 2015, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, compró material de defensa español por un valor superior a los 148 millones de dólares.
Según un informe del SIPRI de 2015, México destinó un 0,7 por ciento del PIB a Defensa, sólo un 0,2 por ciento más que en 2010, lo que significa que el incremento en el valor de las importaciones de armamento en el país latinoamericano no supone un crecimiento equivalente del gasto militar.
De continuar la violencia en México y la crisis económica, llegará un punto en el que las autoridades deberán decidir entre estimular su economía o asumir los elevados costos de seguridad que la guerra contra el narco y el combate a las drogas representa para las finanzas de México, advirtió la especialista Aude Fleurant.
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