México se sumó a la lista de naciones que operarán a distancia el observatorio de rayos cósmicos más grande del mundo.
El Observatorio Pierre Auger, inmerso en el desierto de Malargüe, Argentina, es el localizador de rayos cósmicos, partículas de origen desconocido más grande del mundo. Abrió sus puertas en el 2008, es el primero en su tipo y opera sin descanso las 24 horas del día y los 365 días del año.
En un perímetro de 3 mil kilómetros se distribuyen mil 600 tanques de agua y seis telescopios monumentales que ayudan a los científicos a estudiar las partículas que impactan en la atmósfera para detectar radiación cósmica de alta energía y ubicar objetos ultraviolentos.
Ahora, desde las instalaciones de la UNAM se podrá controlar el abrir y cerrar de las cúpulas de los telescopios alojados en el Pierre Auger. Alemania y España ya podían recibir la señal de los rayos y ahora México se suma a la lista como el primer país de América que operará una instalación remota.
Desde el cuarto de control remoto del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad, los observadores se conectan por medio de fibra óptica a los detectores de luminiscencia del observatorio.
Antes era imperativo que los científicos e investigadores que participan en la indagación, viajaran hasta Mendoza, Argentina para permanecer ahí alrededor de tres semanas y ejecutar las operaciones necesarias.
Esto implicaba gastos en los boletos de avión, que de acuerdo a los líderes del proyecto en la UNAM, éstos eran equivalentes al precio final para la apertura del centro –45 mil pesos–.
El centro también está a cargo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
De ahora en adelante, todas las tardes los operadores mexicanos tendrán en sus manos el poder de abrir y cerrar las cúpulas de los telescopios instalados a miles de kilómetros de distancia.
A través de una computadora, mediante mecanismos sencillos, pueden monitorear las condiciones climatológicas y asegurarse de tener una buena visibilidad de las partículas cósmicas para finalmente almacenar la información recabada en una base de datos.
Uno de los principales objetivos del observatorio es encontrar la galaxia más energética del espacio, a la que se refieren como “Usain Bolt”.
En esencia, estudiar este tipo de radiación pretende dar pistas para comprender los fenómenos astronómicos de los rincones más distantes y con mayor energía del universo.
Ya que estas instalaciones requieren de una supervisión y cuidado permanente, fue necesario que más colaboradores alrededor del mundo se sumaran a la investigación, la cual actualmente cuenta con la participación de 600 investigadores de 18 países.
El equipo a cargo de las investigaciones considera que México podría abrir un observatorio más grande que el de Argentina, en la zona desértica de Chihuahua, lo que implica un gran reto, pues se debe erradicar la inseguridad en esas zonas y lograrlo con el escueto presupuesto del 2017 asignado para la ciencia.
Los rayos cósmicos son un recordatorio para la comunidad científica: hay zonas inexploradas y desconocidas por alcanzar.
*Con información de: El País, Los Andes.