La mañana del 3 de marzo era como cualquier otra en El Salvador. Las madres se preparaban para dejar a los niños en la escuela y regresar a sus labores en casa. Los hombres salían a trabajar para reducir un poco la pobreza que aqueja al país.Nadie tenía idea que ese 3 de marzo, se realizaría una de las peores masacres en la historia del El Salvador.La guerra entre las pandillas Mara Salvatrucha, mejor conocida como la MS-13, 18-Sureños y 18-Revolucionarios, terminó con la vida de 11 hombres que el único error que cometieron fue estar trabajando.El 3 de marzo, integrantes de la 18-Revolucionarios llegaron hasta Opico, territorio perteneciente a su peor enemigo: la MS-13. La 18-R quería guerra, quería que corriera sangre de la mara rival.Al no hallar a ningún elemento de la Mara Salvatrucha, los 18-R siguieron su camino. A su paso, se encontraron a ocho trabajadores de una compañía eléctrica que estaban colocando algunos postes y también ubicaron a tres jornaleros que iban pasando por ahí.No preguntaron. No cuestionaron nada. Los 18-Revolucionarios colocaron boca abajo a los once trabajadores que no sabían lo que estaba pasando. Los ataron de las manos y comenzó la matanza. Uno de los R-18 sacó su celular , estaba listo para grabar todo.Primero, le dieron un tiro en la cabeza a uno de los trabajadores. Después, dieron un machetazo en la nuca a otro. Sacaron metralletas y comenzaron a disparar para rematar el crimen con machetazos en la nuca.
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La sangre fría con la que se cometieron estos crímenes que protagonizan una de las mayores masacres en la historia de El Salvador, supera a las imágenes que tienen el sello del Estado Islámico.El vídeo fue rápidamente difundido en redes sociales, marcando para siempre la historia de los salvadoreños.En su afán por resolver rápidamente el caso y tratar de que no trascendiera más allá de territorio salvadoreño, el mandatario del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) anunció siete días después de la masacre, que ya tenían a 80 presuntos responsables, relacionadas por el gobierno con la MS-13. Por falta de pruebas, todos quedaron en libertad.El 24 de mayo del año pasado, un juzgado decretó prisión provisional contra siete adultos y dos menores de edad, todos integrantes de la 18-Revolucionarios. Su juicio duró justo un año y hoy, pasados más 365 días de aquella masacre, los siete pandilleros mayores de edad fueron sentenciados a 40 años de prisión, de los cuales 35 son por homicidio agravado y 5 por pertenecer a agrupaciones ilícitas).Los menores de edad ya habían sido juzgados en tribunales para menores y fueron sentenciados a penas que van de los cinco a los diez años de prisión.La Fiscalía General de la República (FGR) presentó un testigo protegido quien aseguró que todo fue una confusión de los 18-R al creer que estaban matando a miembros de la Mara Salvatrucha.Hoy, pese a la sentencia de los asesinos de estos trabajadores, la Masacre de Opico sigue siendo un episodio negro en la historia de El Salvador, catalogado como uno de los más violentos del mundo.
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