Distraídos, los turistas caminan por las calles de Bali. Toman fotografías, se detienen a mirar lo que hay a su alrededor. Admiran incluso a los macacos que caminan como si fueran uno de ellos al lado suyo.
Los visitantes llegan tranquilos y con un aire pasivo hasta el templo de Uluwatu, en Indonesia. No se han dado cuenta que consigo ya no traen la cámara, ya no tienen tampoco la cartera que al salir del hotel introdujeron a la bolsa del pantalón, al bolso de mano.
Increíblemente, los autores de estos robos son los propios macacos que se dedican a robar turistas en las inmediaciones del Templo, aunque su motivo es uno que ya está siendo estudiado por científicos belgas y canadienses.
El comportamiento de los macacos al hurtar objetos de los turistas es muy común en Bali. Lo que ahora llama la atención de los estudiosos, es que los artículos que robaron, los negocian con otros humanos a cambio de comida.
Fueron cuatro meses los que los científicos estuvieron estudiando el comportamiento de los macacos al robar estos objetos. El resultado final fue que los macacos se comportaban de esa manera por un comportamiento aprendido directamente de los humanos y no una habilidad que ya trajeran consigo de nacimiento.
Los macacos fueron estudiados en cuatro grupos, dos de ellos, los que pasaban más tiempo entre los turistas, fueron los que registraron este comportamiento de intercambio o negociación.
Fany Brotcorne, una de las autoras de este estudio realizado por científicos de la Universidad de Lethbridge, en Canadá, y también por la Universidad Belga de Liege, dijo a la BBC de Londres que “la frecuencia y prevalencia de este comportamiento aumentaba en función de la oportunidad de interactuar con humanos”.
Es decir, cuanto más tiempo pasaban con los turistas, los macacos aprendían sobre la naturaleza de los objetos y el valor que tenían para los humanos, tanto que podían intercambiarlos por algo que también tuviera valor para los macacos.
Los científicos agregaron que una de las principales características de los animales fue la paciencia, ya que a veces los turistas tampoco le daban a los macacos la comida que querían, así que desistían y dejaban los objetos abandonados en algún lugar.
El canjeo forma parte de la nueva vida de los macacos, que podría ser una nueva tradición en el comportamiento de los animales a partir del canje de objetos por alimentos.
Entre las actitudes que también adquirieron los macacos, aprendidas directamente de los humanos, fue a abrir botellas y también a beber agua de las llaves en los espacios públicos.
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