En su época de gloria, el filósofo Pitágoras no se limitó a crear teoremas matemáticos ni a versar sobre las bondades de los ángulos de un triángulo, también rezó sobre los orígenes femeninos: “Hay un principio bueno, que ha creado el orden, la luz y el hombre, y un principio malo, que ha creado el caos, las tinieblas y la mujer”. Años después, Aristóteles diría que la hembra es hembra en virtud de cierta falta de cualidades.
La misoginia, entonces, es una herencia cultural, aprendida y heredada de voz en voz, de ideas a ideas. Sin embargo, es hasta nuestros tiempos cruentos (de feminicidios, de lecturas erróneas de libros sagrados, de extremismo feminista, también) que las ideas que datan de tantos años se manifiestan de forma cotidiana en expresiones violentas, en asesinatos, en discriminación absoluta y dejan de ser algo de lo que solamente hablaban los filósofos. Las mujeres se han ido desplazando poco a poco hasta la región de las minorías, que inevitablemente son las menos beneficiadas.
La artista mexicana Ana Karenina hizo una serie de ilustraciones que identifican los 10 tipos de misóginos que, según ella, todas deberíamos conocer. Publicó su serie de imágenes en la página de Facebook Jot it Down:
*Todas las ilustraciones son de Ana Karenina y publicadas en Jot it Down.
Además de Karenina, hay muchas otras artistas que usan el arte (letras, dibujos, música) para denunciar sus experiencias misóginas. Más que igualdad, lo hacen por “justicia”. Pero las redes sociales y el hartazgo han obligado a que muchas de ellas tomen las mismas posturas radicales y extremistas que los hombres a los que critican.
Estas ilustraciones dan una idea sobre los tipos de desprecio al que nos someten los hombres en la cotidianidad, pero en ningún caso deberían tomarse al extremo ni confundirse con prácticas que son inherentes a todos los tipos de hombres y que no siempre tienen un impulso de odio o discriminación, sino un impulso inevitable de extender la mano.
Es verdad, no sólo los hombres son violentos, agresivos, carentes de confianza. Pero sí maltratan con mayor frecuencia que las mujeres, o al menos eso dictan los informes, los “observatorios” locales y los defensores de los derechos humanos.
También es verdad que es imposible que seamos iguales, hay características inherentes e inamovibles que nos definen desde el inicio de los tiempos: biología, genética, por lo que necesariamente tenemos otras capacidades. La igualdad en ese sentido estricto es imposible.
Sin embargo, no queda duda que ante la ley y en cuanto a las protecciones del Estado sí debería ser así: voto, derechos laborales, decisión del propio cuerpo. La separación de los vagones de un tren del Sistema de Transporte Colectivo (hombres atrás, mujeres adelante), no sirve de absolutamente nada, también discrimina. Discrimina a los hombres.
¿O acaso existe una palabra que defina a las mujeres que hacen menos a los hombres, que los desprecian y esquivan? La misoginia a la inversa también existe, y aunque es evidente que no se manifiesta con la misma frecuencia, afuera sí hay hombres rechazados, despreciados y denigrados por una mujer.
Sí, a veces sí necesitamos que nos carguen la mochila. Dejar de depilarnos no cambiará jamás esa esencia que nos diferencia de los hombres. Así debería ser, porque al final un mundo sin dualidades estaría lleno de cobardes.
*
Podría interesarte:
Así “curan” la homosexualidad los médicos rusos.
“Ya no son feministas, ahora son feminazis”, dice una legisladora mexicana (video).
11 ilustraciones que te dirán si eres víctima de sexismo.
10 ilustraciones que explican la mente de las mujeres.