Ser presidente en México tiene grandes recompensas: aun cuando dejan de ser funcionarios públicos, la Secretaría de Hacienda les paga seguros de vida millonarios a ellos y a sus esposas.
Hacerse de un seguro de vida en México es una hazaña que pocos pueden lograr, un beneficio para ricos o millonarios: el salario mínimo no sube y millones de mexicanos deben sobrevivir con poco más de 70 pesos al día.
Asimismo, el país deberá sortear los recortes presupuestales recién anunciados en los rubros más importantes y vulnerables como educación, salud, ciencia y tecnología.
Pero no todos resultan afectados: los cinco expresidentes que siguen con vida (aunque ya no sean funcionarios públicos) y sus esposas, seguirán beneficiándose del erario y de los seguros de vida millonarios que les otorgan.
Mediante esta prestación extraordinaria, Felipe Calderón, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Carlos Salinas y Luis Echeverría se benefician del tesoro público, pues el seguro de vida gratuito que financia la Secretaría de Hacienda y Crédito Público cubrirá sus muertes y otorgará a sus familiares de 22 a 35 millones de pesos.
Y este mecanismo de protección incluye también a las esposas en la lista del seguro que se renueva cada cuatro años mediante aseguradoras privadas que claramente brindan servicios a un precio más alto. No importa que ellas nunca hayan tenido algún cargo público.
La Jornada tuvo acceso al “Contrato plurianual del seguro de vida institucional para las secretarías, órganos administrativos desconcentrados, entidades y organismos autónomos de la República’’.
Después de recabar información, el diario pudo desvelar que una vez que mueran sus maridos exmandatarios, las viudas y familiares beneficiarios recibirán un monto que representa el 80 % de la cifra total de las pensiones que –también de por vida– reciben los ex funcionarios.
Si se hiciera ese mismo ejercicio con las viudas de los mexicanos que reciben pensiones mucho más estrechas, todas desearían ser ex Primeras Damas, casadas con hombres que reciben una pensión de poco más de 200 mil pesos al mes.
No obstante, hasta la fecha, en la Constitución no están estipuladas este tipo de prestaciones para ningún exfuncionario público. El tema de las esposas igualmente escapa todo manifiesto legal.
A pesar de todo, en el citado documento, ellas y sus esposos son clasificados como entes que forman parte de la colectividad o del “grupo asegurable” de la Oficina de la Presidencia de la República.
Otras beneficiadas son las empresas aseguradoras. Metlife, ganadora de la licitación para dar sus servicios a funcionarios el año pasado, recibió un monto que asciende los 7 mil millones de pesos.
Los recortes planteados en el recién presentado Paquete Económico para 2017, no interfieren con la burocracia pero sí comprenden elementos esenciales para el desarrollo del país.
Si lo que se espera es un progreso, los programas de salud, los avances educativos y las inversiones tecnológicas imperativas, se vieron afectadas a costa de proteger a exfuncionarios, quienes triunfan nuevamente, aunque ya no hagan (y en la mayoría de los casos no hayan hecho) nada por el progreso.
Hoy todos quisiéramos ser expresidentes o ex Primeras Damas (o viudas), millonarios para toda la vida.
*Con información de: La Jornada, Emeequis.