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Conoce a “Los Paquitos”, los robots mexicanos que hablan purépecha, totonaco y náhuatl

En el mercado existen miles de juguetes diseñados para que los niños se diviertan y al mismo tiempo desarrollen habilidades motrices y cognitivas. Materiales y muñecos didácticos que acompañan el crecimiento y la madurez de los menores, sin embargo, la gran mayoría de ellos están diseñados para aquellos que crecen en un contexto social urbano,

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En el mercado existen miles de juguetes diseñados para que los niños se diviertan y al mismo tiempo desarrollen habilidades motrices y cognitivas. Materiales y muñecos didácticos que acompañan el crecimiento y la madurez de los menores, sin embargo, la gran mayoría de ellos están diseñados para aquellos que crecen en un contexto social urbano, donde los días se viven de una forma y ritmo muy diferente al de las comunidades indígenas rurales.

Son juguetes vestidos con ropa y accesorios que son ajenos a comunidades alejadas de las grandes ciudades; los conocen, pero no están familiarizados con ellos.
Además hablan español o inglés, lenguas con las que no se identifican porque en su círculo más cercano se libra una batalla constante por rescatar su lengua tradicional.

Para ellos, la doctora Angélica Muñoz Martínez, investigadora del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) y un equipo de expertos desarrollaron una familia de muñecos robotizados que, además de servir como juguetes para los más pequeños, son una herramienta para que refuercen el aprendizaje de sus lenguas nativas.

“Hasta ahora tenemos la muñeca que habla purépecha, otra más que habla totonaco, el niño que habla náhuatl, uno wixarika, y otro más que habla español”, explicó la doctora Muñoz en entrevista para la Agencia Conacyt.
Sus nombres “Paquitos”, que además de hablar esas lenguas, están vestidos con prendas tradicionales de las comunidades indígenas que representan.

“Tristemente los juguetes que hay no tienen mucha coincidencia con lo que vive un niño en su vida diaria. Hay un mundo de diferencia entre lo que un niño vive en su realidad en México y ese tipo de juguetes”, explicó la investigadora.

“Por otro lado, si uno piensa qué aporte puede dar la tecnología a un juguete, pues hay algunos que ya no son antropomorfos, pero que son dispositivos que motivan al niño a cantar, a leer palabras, a hacer cuentas. Son para niños mayores, como una tableta o teléfonos”.
Esto fue lo que motivó a Muñoz Mendoza y su equipo a desarrollar una familia de productos “antropomorfos”, es decir, que sirven como modelo de identificación social que ayudan a los niños indígenas.

“El reto al que nosotros nos enfrentamos fue precisamente desarrollar juguetes educativos que ayuden a niños mexicanos, y principalmente a indígenas, a aprender y revalorar su lengua y su cultura”, dijo la doctora.
“Ya tenemos una pequeña familia de juguetes con los que es niño se identifica, desde su ropa, la lengua que hablan y los conocemos como la familia de los “Paquitos”, unos robots que hablan y están vestidos a la usanza de cada una de las culturas que representan”.

Además de los Paquitos, que son muñecos con figuras de niños y niñas que hablan las lenguas indígenas y usan prendas tradicionales, también hay un Paquito que habla español y viste ropa más urbana.
Para complementar a esta familia, existe un pequeño gusanito que habla el idioma ñañú.
Los muñecos están fabricados con tela que incorporan sensores, lectores y un aparato que sirve para grabar y reproducir audio. Los sensores que tiene ayudan a que el muñeco responda a estímulos y movimientos en las manos, cabeza, piernas y otras partes de su cuerpo.

“Aunque no lo parezcan los Paquitos son robots que reaccionan al estímulo que se les dé y además reaccionarán de manera distinta”, explicó la investigadora.
También dijo que el diseño de los muñecos y sus vestimentas se hizo gracias a la ayuda de una artesana de Puebla que trabaja confeccionando juguetes.

El grupo de investigadores y desarrolladores dotaron de características diferentes a los Paquitos, pensando en la edad de sus pequeños usuarios.
Las niñas y niños de 2 a 4 años (edad mínima recomendada) tienen juegos en los que enseñan los nombres de las partes del cuerpo. Los más avanzados enseñan frases y palabras más complejas que acompañan el aprendizaje escolar de los niños.

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