Donald Trump al frente de los Estados Unidos ha implicado un miedo constante de los migrantes que habitan en ese país y trabajan para poder mandar dinero a sus lugares de origen y poder brindarle una vida mejor a sus familias.La comunidad latina en Norteamérica, con o sin documentos para acreditar su estancia legal en ese país, viven con miedo de ser arrestados por su simple apariencia y porque las autoridades de estadounidenses encuentren cualquier pretexto para ser deportados y ante esta situación comienzan a revivir prejuicios que parecían superados, como el hecho de portar tatuajes y ser calificado como un criminal o expresidiario.Esta situación ha provocado que los estudios de tatuajes en Estados Unidos se vean beneficiados, pero no porque exista un aumento en las personas que quieren marcar su piel, sino por aquellos que acuden a esos lugares para borrar las huellas de una frase o imagen que plasmaron en sus cuerpos.

Según información de la radio KPIX de San Francisco, en el estado de California, el número de personas que buscan realizarse una remoción de tatuajes se duplicado debido a que la comunidad latina de esa ciudad está preocupada porque los agentes de migración tomen como pretexto esas marcas para detenerlos e interrogarlos por su situación migratoria.“Mucha gente no quiere ser un blanco móvil, o que la vean como un objetivo para ser detenidas”, comentó en entrevista para la radio de San Francisco Nora Ruíz, de la Corporación de Desarrollo Económico de la comunidad de San Pablo. “Y por miedo a que se les vea como personas de cierto tipo o se les juzgue de alguna forma, la gente quiere que le borren los tatuajes.En la ciudad de San Francisco existen clínicas financiadas por fundaciones que ofrecen la remoción de tatuajes gratuita para las personas que han salido de la cárcel y se encuentran en la búsqueda de un empleo, pero ahora este servicio también los están usando los latinos que, aunque no han estado presos ni detenidos, temen ser confundidos con pandilleros o criminales por el simple hecho de tener tatuajes en su piel.

Además de esto, los migrantes han decidido no recibir los beneficios de alimento que les otorga el gobierno para evitar identificarse ante cualquier autoridad; otros tantos también prefirieron no acudir a los tribunales aunque ellos sean las víctimas de algún delito para evitar llamar la atención y no levantar sospechas, debido a que las oficinas públicas y las cortes han sido escenarios de redadas orquestadas por las autoridades migratorias.

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