Las narcoseries son sin duda uno de los productos televisivos más rentables de la última década. Cada noche, millones de personas sintonizan “El señor de los cielos” y “Narcos” con devoción para seguir con el descubrimiento del mundo del narcotráfico y el supuesto glamour que lo rodea.La idolatría que miles de jóvenes tienen por los personajes de estas narcoseries está llegando a un punto crítico y peligroso.
“No es una vida digna de ser imitada, ni les va a garantizar la felicidad y el éxito como lo muestran en las series de televisión”, dijo el colombiano Juan Pablo Escobar Gaviría, hijo del narcotraficante latinoamericano más importante del siglo XX.
Escobar, quien al morir su padre cambió su nombre a Salvador Marroquín, dijo que el principal problema de estas series de televisión es que dificultan la distinción entre la realidad y la ficción.
Explicó que vio 80 capítulos que mostraron a los narcotraficantes como héroes o personas “todopoderosas”, pero en la vida real los episodios donde el criminal la pasa bien son dos de cada cien.Esta situación irreal y engañosa que muestran las narcoseries es la que motiva a los jóvenes espectadores a querer convertirse en criminales.
“Están glorificando el actuar del narcotraficante y confundiendo a los jóvenes al convertirlo en una especie de héroe”, criticó durante una conferencia para jóvenes de Guanajuato, en México. Las declaraciones de Escobar se dieron en una conferencia titulada “Las historias que no deben repetirse” organizada por el Instituto Estatal de la Juventud de Guanajuato, Guanajoven, con la intención de llevar a los jóvenes de ese estado del centro de México un testimonio real de alguien que vivió en carne propia los horrores y el sufrimiento que viven los narcotraficantes y sus víctimas y no dejarse llevar por las apariencias que muestran las narcoseries.
“Me doy cuenta del mensaje negativo de estas series cuando comienzo a recibir mensajes de jóvenes de todo el mundo deseosos de convertirse en Pablo Escobar”, comentó en una charla con la prensa previa a la conferencia. “No hay país de donde no haya recibido mensajes de jóvenes que gracias a estas series se quieren convertir en narcos”.Salvador Marroquín, pseudónimo de Escobar, es autor de dos libros. El primero titulado “Pablo Escobar, mi padre: las historias que no deberíamos saber”, documenta su encuentro con familiares de políticos y jueces colombianos que fueron víctimas de Pablo Escobar para pedirles perdón a nombre de su padre.En el segundo, titulado “Pablo Escobar in fraganti: lo que mi padre nunca contó”, Marroquín hace revelaciones sobre casos de corrupción internacional de las cuáles su padre fue protagonista, incluyendo la afirmación de que la agencia central de inteligencia o CIA y otras agencias de seguridad estadounidenses eran compradoras de la droga que Escobar vendía.“Hay tanta demanda de drogas en los Estados Unidos que hay un déficit de narcotraficantes, hay más adictos y personas dispuestas a comprarlas que narcotraficantes con la capacidad logística de allegárselas”, dijo Marroquín.
Comparó el caso Colombia con México, dijo que aunque el gobierno sudamericano afirma que se está terminando el problema del narcotráfico, la realidad es que los cárteles sólo se reacomodan y cambian de sede sus negocios y eso mismo es lo que ocurre en México, por lo que el problema es aún más complejo de lo que parece.Marroquín contó su experiencia como hijo del narcotraficante más conocido y poderoso del siglo pasado, según sus palabras; además narró lo difícil que fue ser considerado “el pacifista” de su familia por nunca querer involucrarse en los negocios ilegales de su padre.Para finalizar su charla, el hijo de Pablo Escobar explicó a los jóvenes que no es malo que vean las series televisivas sobre narcotráfico, pero es importante que no crean todo, que aprendan a separar la realidad de la ficción y que la vean pensando en no repetir esas historias en lugar de admirar a sus protagonistas.“Les invito a que lo piensen dos veces antes de querer ser como Pablo Escobar”.
*
Podría interesarte:
Una más de legisladores mexicanos: ahora quieren censurar narcoseries.
Censurar narcocorridos: ¿prevención del delito o bloqueo cultural?
El día que los narcos emboscaron a los militares.