“Toda la vida nos han vendido el combustible a precios excesivos, nos roban en las gasolineras: dan menos litros y gasolina de mala calidad que daña el motor de los coches”.
“Nosotros tenemos combustible de calidad y no necesitamos de la infraestructura que tiene Pemex, teniendo la inteligencia y la maquinaria es posible”, comenta Moisés Flores, el primer productor y comercializador de biodiésel en Puebla.Con 28 años de edad y después de haber estudiado ingeniería mecatrónica en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), el joven mexicano que junto con su padre inició a fabricar y vender biodiesel desde hace dos años, ha conseguido por primera vez gracias al “gasolinazo” llamar la atención de la gente y comenzar a competir con Pemex.
Todo comenzó cuando el joven ingeniero y su padre, quienes originalmente se dedicaban a reciclar desechos industriales como lámina, metal, papel y cartón entre otros materiales comenzaron a recibir residuos de aceite vegetal de diversos restaurantes y empresas y se pusieron a investigar qué podían hacer con ese producto.
Al percatarse de que el aceite vegetal funcionaba como la materia prima para generar biocombustible, no lo dudaron más y se enfocaron en aprender la técnica para poder llevarla a cabo.El proceso se llama “transesterificación” de aceites vegetales: el aceite tiene moléculas de carbono, por lo tanto, para convertirlo en un hidrocarburo es necesario mezclar el aceite con catalizadores que rompen las moléculas del aceite y las unen con nuevas moléculas con alcoholes, explicó Moisés en una entrevista con la Revista Central.
Convertir el aceite vegetal en combustible lleva un tiempo de 8 horas y 3 turnos, en las cuales no se pueden despegar del proceso ni de los reactores, porque algo podría salir mal y en lugar de obtener biodiésel, podrían generar jabón.
“Me ayudaron mucho las bases de la escuela, lo que aprendí en la universidad y después revisando en Internet, vi cómo podía hacer los reactores y los fabricamos aquí. Compramos el metal, la lámina y nosotros soldamos todo”, confesó el joven empresario.
Actualmente Moisés y su padre ya cuentan con un mejor equipo y son capaces de producir 1500 litros de biocombustible por día, el cual además de ser más barato que el combustible que vende Pemex contamino menos y es de mejor calidad.
De acuerdo con Moisés, su combustible no emite bióxido de carbono ni azufre, se puede usar en cualquier proporción con el diesel normal o al 100 por ciento, impide que los aceites vegetales contaminen el agua o sean usados como alimento para animales y es un combustible biodegradable.
Además, este combustible alarga la vida de los automóviles ya que lubrica mejor el motor, da más rendimiento por litro, las piezas se desgastan menos, no ensucia las líneas de combustible, tanque o inyectores y no es flamable.
“Hay que empezar a hacer conciencia. La gente debe darse cuenta de que hay otras alternativas además de Pemex las cuales no sólo son más baratas sino que también pueden ser de mejor calidad”, finalizó Moisés A Flores Andrew.
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