El artista estadounidense Jeff Koons es uno de los autores vivos más cotizados y también más polémicos. Con los años sus creaciones, inicialmente kitsch, han derivado hacia el monumentalismo, como en el caso de Puppy, el perro gigante que preside la entrada del Museo Guggenheim Bilbao.
Koons es un genio de la mercadotecnia que sabe que vive un momento histórico; el artista no dudó en ser uno de los primeros en contratar a un asesor de imagen y en iniciar campañas de marketing. Esta popularidad le otorgó la presentación de su primera retrospectiva en Nueva York. El recinto será: el Whitney Museum, la gran institución neoyorquina del arte moderno y contemporáneo estadounidense.
La exposición abarca todas las galerías del Whitney, algo que el museo no había hecho con ningún otro artista. En ellas se observa la evolución durante tres décadas de un artista dedicado a desafiar fronteras: ¿Qué es arte y qué es negocio? ¿Cuál es la diferencia entre la cultura popular y el arte? ¿Quién define el gusto artístico? No faltan ninguna de sus piezas icónicas: los balones de baloncesto suspendidos en líquido de Equilibrium, su primera exposición individual celebrada en Nueva York en 1985; la escultura Michael Jackson and Bubbles, uno de los símbolos de su constante interpretación de la cultura de masas; la polémica serie Made in Heaven, en la que se fotografió en posturas pornográficas con la que entonces era su mujer, la actriz porno y política italiana Ilona Staller (más conocida como Cicciolina); sus bodegones posmodernos con colores eléctricos de mediados de los 90, o sus omnipresentes esculturas con acero inoxidable, que, además de su valor artístico, son muy utilizadas para reflejarse en una fotografía.
https://img.culturacolectiva.com/content/2014/07/Equilibrium.jpg https://img.culturacolectiva.com/content/2014/07/Michael-Jackson-and-Bubbles.jpg https://img.culturacolectiva.com/content/2014/07/Made-in-Heaven.jpg
La exposición estará abierta hasta el 19 de octubre y después viajará al Centro Pompidou de París y al Guggenheim de Bilbao.
De 59 años, el artista espera continuar creando durante otras tres décadas. “Creo verdaderamente en el arte. Creo verdaderamente en la transcendencia que me fue dada y que me muestra cómo aprovechar mis ideas y experimentar el efímero reino” de ellas.