Este domingo, el primer ministro de Irak, Haider Al-Abadi, anunció oficialmente en el monumento al Soldado Desconocido en Bagdad, el fin de la guerra tras la derrota y expulsión definitiva de ISIS del territorio iraquí: una ceremonia dedicada a las familias de los soldados caídos en batalla contra los yihadistas y que los recordó con un desfile militar.
«Ganamos por nuestra unidad, nuestra determinación y reconquistamos nuestras ciudades en poco tiempo», dijo Abadi mientras recordaba aquella fatídica invasión de hace tres años cuando los yihadistas ocuparan un tercio de Irak para imponer su régimen extremista causando la muerte de miles de civiles. Y terminó diciendo: «Debemos seguir alertas ya que los extremistas no han sido aniquilados del todo».
«Ganamos la unidad y la determinación para reconquistar nuestras ciudades en poco tiempo».
Ningún analista político pudo predecir hace cuatro años que Mahammad Baquir, un viejo ingeniero civil y activista político radical, se convirtiera en el principal partidario del partido islamista chií, Al-Daawa, el cual propició y facilitó la entrada de ISIS a Irak, un país que estuvo sumergido muchos años en una incertidumbre política, corrupción y descontento social, todas consecuencias de la ocupación estadounidense y la guerra sostenida durante la dictadura de Saddam Hussein de 2003 a 2006.
La caída de Hussein abrió paso a la insurrección social y política que ayudó a traer a ISIS a Irak. (Foto: Metro).
El descontento social junto con el endeble y corrupto Estado iraquí propició que las políticas discriminatorias del grupo terrorista optimizaran su califato no sólo en Irak, sino también en Siria y parte del norte de África.
Para llegar hasta la desaparición, el apoyo militar y logístico que dio Estados Unidos al ejército oficialista iraquí fue una pieza clave en la recuperación del país, además de que ayudó al retroceso de ISIS en Siria, donde comenzaron a perder terreno en las ciudades sirias de Alepo, Raqqa y Diere ez-Zor y hasta el sur del río Éufrates.
Mientras tanto, en Irak la caída de Mosul (considerada capital del califato de ISIS por Abu Bakr al-Baghdadi líder de ISIS) les llevó a arrinconar las fuerzas yihadistas en la frontera entre ambos países, en el valle de Al-Kaim.
Hoy Irak anuncia la reconstrucción de sus ciudades y la búsqueda en la estabilidad política en un Estado que se ha visto azotado durante los últimos 17 años por la guerra y ocupaciones extranjeras.
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