Como sacado de una película de ficción, un grupo de científicos neozelandeses aseguran que es posible predecir, con un elevado grado de precisión, si un individuo cometerá actos delictivos en el futuro. El experimento que se realizó para poder llegar a esta afirmación se llevó a cabo durante un arduo proceso que tomó 38 años y mil voluntarios, de quienes los científicos documentaron y estudiaron todas sus vidas desde que nacieron.
A lo largo de la investigación se realizaron varios tests de coeficiente intelectual cuando los voluntarios eran unos niños. Los resultados se fueron combinando con los factores que marcaban la realidad familiar de cada uno de ellos: prosperidad económica, malos tratos, educación o ausencia de figuras paternas.
Cuando los sujetos alcanzaron la mediana edad, los científicos encontraron que la mayoría de la delincuencia procedía de un segmento muy concreto y con características comunes desde su infancia.“Aquellos niños de 3 años de edad obtuvieron puntuaciones bajas en las pruebas de lenguaje, comportamiento, y habilidades cognitivas y motoras fueron responsables de más del 80 por ciento de los delitos. Además muchos de ellos manifestaron problemas mentales de algún tipo”, afirmaron los investigadores.El estudio no sólo se enfocó en detectar los actos delictivos, con este trabajo, también se pudo predecir características o tendencias particulares como qué voluntarios irían más al médico, quiénes acudirían a los juzgados a interponer denuncias o quiénes pedirían más bajas laborales por enfermedad.
El objetivo principal del estudio, según sus realizadores, es poder demostrar que al detectar ciertos factores que pueden condicionar la vida de una persona se pueden predecir sus acciones futuras para poder destinar recursos sociales y corregirlas, evitando que haya individuos desarraigados o de segunda.“Destinando recursos a una edad temprana evitaremos problemas y gastos de reinserción en el futuro“, comentaron los científicos.
El estudio se realizó únicamente en pobladores neozelandeses, sin embargo, los científicos coincidieron en que las pruebas se pueden adaptar a diferentes culturas y obtener los mismos resultados.
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