Las ambulancias y sirenas policiales se escuchaban en cada rincón, su ruido era ensordecedor, pero no más que los gritos y el llanto de cientos de personas que sólo querían divertirse un momento, pero el destino les tenía preparado algo muy diferente a sus expectativas.
Fue el pasado 2 de octubre cuando el mundo se despertó con una nueva tragedia: Stephen Craig Paddock, un contador jubilado de 64 años, disparó al azar a miles de personas en un concierto en Las Vegas, Estados Unidos. El atroz ataque dejó 59 personas muertas y más de 500 heridos.
*Foto: El Observador
Como pasa en cualquier tragedia, las personas que buscaban solidarizarse y ayudar no faltaron. Famosos, gente común, instituciones o gobierno, nada importaba, el objetivo era ayudar a los heridos y salvar al mayor número de personas posibles.
Una de esas personas dispuestas a dar lo que fuera necesario por los demás fue Lance Bass, exmúsico de la banda *NSYNC, quien acudió a un hospital para poder donar sangre y ayudar a quien la necesitara. El problema fue que a pesar de su noble actitud, uno de los centros de la Cruz Roja Americana no le permitió ser donante para las víctimas de la masacre por el simple hecho de ser gay.
«¿Cómo sigue siendo ilegal para los gays donar sangre? Quiero donar y no me permiten», expresó con tristeza Lance Bass en su cuenta personal de Twitter.
*Foto: Billboard
Aunque esa prohibición suene ilegal en muchas partes del mundo, de acuerdo con las leyes de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), los hombres homosexuales y bisexuales activos están vetados de donar sangre.
Esta regulación data de 1983 y habla de la prohibición para donar sangre por parte de hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres. La FDA argumentó que este grupo demográfico se percibía como uno de los de más alto riesgo de transmisión de enfermedades, un punto que era imposible de invalidar gracias a que en ese entonces no existían pruebas para detectar la sangre contaminada.
Hoy ya existen exámenes de amplificación de ácido nucleico, hechos para probar las muestras de sangre y detectar con exactitud los anticuerpos que se generan tras dos semanas de que alguien haya sido infectado. Este método ha reducido el riesgo de transmisión de VIH por transfusión de sangre en aproximadamente uno de cada dos millones de pacientes.
*Foto: T13
Con esto la regulación de la FDA logró relajarse, pero sigue siendo exagerada. Hoy en día el reglamento establece que sólo los hombres que se hayan abstenido de relaciones homosexuales durante 12 meses son elegibles para donar sangre. Esta nueva regulación sigue restringiendo a la mayoría de los hombres gay sexualmente activos.
Claro que la restricción ha causado durante muchos años la frustración e indignación entre activistas LGBT, sobre todo por la ironía de no poder ayudar a personas que de verdad lo necesitan y que podrían salvar sus vidas.
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