Óscar Ochoa Gallegos llegó a la sesión extraordinaria del Consejo Estatal de Protección Civil en Chiapas con una camisa azul, listo para posarse frente al micrófono en el que daría un mensaje de apoyo a las personas que perdieron a algún familiar en el terremoto del pasado jueves en México.
Pareciera que estaba recitando las cosas que integraban un kit para reducir el dolor de los damnificados que, además de quedarse sin sus casas, perdieron a algún familiar. «Los que están en la lista tienen su ataúd, el acta de defunción, su café, su pan, su carpa, para que sea un dolor menor», dijo Ochoa Gallegos, quien es Coordinador Ejecutivo para el Fomento Económico de Chiapas.
Las reacciones son contrastantes. Mientras Ochoa Gallegos pareciera burlarse del dolor de los familiares de las víctimas del terremoto, otros se despojan de lo poco que tienen para otorgarlo a los damnificados o, incluso, hay quienes siguen esperando la ayuda sin que esta se vea cercana a llegar.
https://www.youtube.com/watch?v=3lrgNUiSWgc
*Video: YouTube, Polakas TV.
Las miradas de quienes estaban alrededor de Óscar Ochoa eran de incredulidad. Lo que escucharon de boca del funcionario del Fomento Económico de Chiapas carecía totalmente de sensibilidad, sentimiento que, en cambio, aparece en personas que incluso si no tienen tanto para aportar, se quitan hasta lo que tienen puesto.
Este es el caso de un interno de uno de los reclusorios de la Ciudad de México, quien hizo llegar al centro de acopio ubicado en Ciudad Universitaria un par de tenis con un emotivo mensaje en la suela: «Mi cuerpo está en la cárcel, pero mi amor con ustedes. ¡Fuerza!». Los tenis venían en un cargamento que llegó a las instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
*Foto: Excélsior.
Así como ese recluso que hizo llegar sus tenis al centro de acopio de la UNAM, hay miles de personas que siguen recolectando ayuda para hacerla llegar a los damnificados del terremoto en Oaxaca y Chiapas. Aunque sean miles de toneladas de ayuda, aún hay mucha gente a la que le falta recibir un poco de lo mucho que los mexicanos están recolectando conforme a sus posibilidades.
Este es el caso de Crimilda Marcelina López Gallegos, quien con 70 años de edad, lleva siete días durmiendo en la calle y sin recibir ningún tipo de ayuda oficial ya que, según muchos pobladores, la entrega de víveres se ha politizado. «Unos vecinos me dieron sopa, me dieron dos colchones, dos mesas y una silla», declaró para Aristegui Noticias esta habitante de Juchitán.
*Foto: Aristegui Noticias.
La señora Marcelina reclamó que el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, estuvo a 200 metros de su casa, sin acercarse siquiera a realizar el censo correspondiente. «Del gobierno nada vino, llegó a la esquina y ni vino a verme», dijo indignada. «Fui a buscar a la presidenta municipal y me dijo: ‘mañana a las cinco voy’, me apuntó y ya, muchas gracias».
Actitudes como las de Ochoa Gallegos en Chiapas se ven minimizadas con la ayuda que los mexicanos damos a nuestros connacionales en desgracia. De cualquier manera, no debemos pasarlas por alto pues parece la la insensibilidad se va haciendo más común en quienes ocupan cargos importantes dentro de los estados que conforman nuestra República Mexicana.
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